Cecilia Zango (Cáceres, 1995) no cree en la suerte. «La suerte no existe, uno se la busca». En esa búsqueda sigue y por el camino acaba de lanzar un adelanto de su nuevo proyecto musical en el que no tiene inconveniente en mezclar ritmos de aquí y de allá. La cacereña pertenece a la generación que no tiene miedo de lanzarse al vacío. Ella tiene claro que quiere dedicar su vida a la música. Aunque en su familia no tiene referencias musicales, ella desde bien pequeña siempre se interesó por los ritmos. «Yo bailaba la primera en mi familia, imaginaba que estaba en un escenario». Así su infancia transcurrió entre el bar Miche y la multitienda de San Francisco y el conservatorio. Comenzó como todos en el de los Hermanos Berzosa primero en guitarra. Pero no le bastó solo con un instrumento. «Cuando llevaba cinco años hice las pruebas la doble especialidad con violín». De esa época guarda un currículum de premios, el concurso de jóvenes músicos de Extremadura en Almendralejo, otro en Sevilla y el de Alicante, entre ellos. Mientras tanto, acabó estudió historia y ciencias de la música y este año hizo las pruebas de guitarra flamenca en Madrid.

Ahí vive ahora, a medio camino entre la capital y Cáceres. Allí sigue formándose e imparte clases de guitarra. Su formación es clásica pero su interés pasa por experimentar. «Escucho reggae, flamenco, funky, soul o música africana». Y de esa mezcla nace ‘Oro molío’, un tema que juega entre los géneros y se presenta con un videoclip que reivindica el poder femenino. «La canción dice que aquí estoy, que yo soy el oro, no soy la plata». Explica que lo de ‘molío’ en lugar de molido también pasa por ese afán de experimentar. «Nos gusta mucho jugar con palabras del castellano, del lenguaje popular». Para darle forma se ha rodeado de profesionales como Santiago Barrantes, que se ha encargado de la producción. Pablo Hass lo ha grabado y masterizado y cuenta con la colaboración de David Lerman al bajo. El videoclip ha sido dirigido por Pablo Dios. Este solo es un avance de un proyecto «ambicioso». «He tocado mucho y ahora quiero buscar mi sonido más propio, quiero hacer un espectáculo más complejo, con bailarines, y que sea un todo, con imagen, que no solo se centre en la voz».

Ahora está centrada en componer y grabar y preparando el conjunto para llevarlo a conciertos y anuncia que en primavera empezará a lanzar más cosas. Sigue ultimando detalles porque sabe que la música es su camino. «Es lo que más me gusta hacer, es lo que siempre he querido, si uno cree en lo que hace y sigue, la consigue». A ver cuántos quilates tiene.