El cierre del Hospital Nuestra Señora de la Montaña ha dejado 20.000 metros cuadrados libres en el corazón cacereño, dentro de un edificio decimonónico a los pies del principal parque de la ciudad. Parece una golosina inmobiliaria, pero en principio no lo es. Este tipo de edificios suele necesitar reformas millonarias que ahuyentan a muchos candidatos. Por ejemplo, la Diputación de Cáceres, titular del hospital, ya ha calculado en 20 millones de € la primera obra que necesitará el inmueble, por lo que en principio no lo usará para servicios propios, y abrirá un concurso de ideas.

El dinero, siempre el dinero, pero también algunas otras causas, contribuyen a que diez amplios recintos de la capital cacereña estén sin uso o pendientes de su adquisición, algunos excepcionalmente céntricos como el Edificio Sindical, que saldrá a subasta pública. El Estado también puso a la venta durante un tiempo la cárcel vieja, que ahí sigue a la espera de un puñado de millones que permitan darle utilidad. El Madruelo aguarda su derribo, al igual que el Bloque C, sin que esté definido el uso futuro de sus solares.

En cambio, la antigua sede de Bienestar Social, en Reyes Huertas, no tiene uno, sino dos proyectos que confluyen con polémica. También el Mercado de la Dehesa de los Caballos espera convertirse en un centro social intergeneracional comprometido por el nuevo Gobierno local.

Asimismo, el palacete de los Montenegro, en la plaza de la Concepción, busca dueño, de igual modo que la rehabilitada planta superior del Mercado de Abastos de la Ronda del Carmen. Más difícil lo tiene La Fosa, antigua planta para el tratamiento de fosfatos en Aldea Moret, muy decrépita pese a su belleza industrial.

1. Hospital Provincial

Fue la mayor obra del siglo XIX en Cáceres, el primer hospital concebido para toda la provincia con los avances de su tiempo. Se asentó sobre una parcela de 10.000 m² y hoy tiene 20.000 m² construidos en pleno centro. El final de su uso sanitario acaba de dejarlo vacío de contenido.

Este edificio decimonónico en la médula espinal de la ciudad debería constituir una opción privilegiada para un sinfín de usos, pero se ha convertido casi en un problema. Su titular es la Diputación de Cáceres que, dicho sea de paso, posee numerosos inmuebles históricos que mantiene adecuadamente. Pero las dimensiones y el estado del hospital obligan a invertir en principio 20 millones para cualquier nuevo uso, según los cálculos técnicos, de modo que la institución es reacia a ubicar allí ningún servicio público. Eso sí, convocará un concurso de ideas abierto a todos los ciudadanos.

Respecto a las iniciativas privadas, solo ha mostrado interés el grupo Scipion Perú para abrir un hotel de lujo (habilita otro en el Palacio de Godoy), aunque no hay proyecto firme. El Club Rotary plantea buscar inversores para un centro comercial.

2. Cárcel vieja

Ha sido propuesta como centro nacional de arte, como espacio cultural para el distrito norte, como zona residencial..., pero los 11.000 m² de la cárcel vieja siguen en la indefinición más absoluta.

Fue construida en 1934 a iniciativa del alcalde Antonio Canales, que abogaba por una prisión digna (ventilada, con luz y agua...), y que paradójicamente pasó allí sus últimos días antes de ser fusilado en 1937. Situada en el kilómetro 2 de la carretera de Torrejón, hoy está integrada en la zona de Pinilla-Mejostilla. El traslado de los presos al nuevo centro penitenciario motivó su cierre en 2009. El edificio tiene protección sobre fachada, cubierta y estructura.

La fuerte crisis barrió todas las iniciativas posibles, incluso su cesión por parte del Ministerio del Interior al ayuntamiento, que en 2012 rechazó hacerse cargo de un recinto que necesitaba semejante inversión (engloba seis edificios). El Gobierno la puso en venta hasta que en 2018 la sacó de la oferta inmobiliaria. La última propuesta llega desde la asociación Amececa, que pide abrir en ella un espacio social con un área dedicada a la memoria y a los derechos humanos.

3. Escuela del Madruelo

En 1934, el Ayuntamiento de Cáceres compró un olivar en el arrabal extramuros por 8.199 pesetas para construir un nuevo grupo escolar que ayudara a acabar con los graves problemas formativos que arrastraba Cáceres. Impulsado por el alcalde Antonio Canales, fue diseñado por el arquitecto municipal Ángel Pérez con 1.800 m² que incluían ocho grados, comedor, biblioteca y las tan necesarias condiciones higiénicas en la época. Con un presupuesto de 184.722 pesetas, se inauguró en 1936. Aunque al inicio de la Guerra Civil fue sede de Falange, en 1940 se dedicó a su fin natural.

El Madruelo ha impartido clases a escolares durante décadas. Entre los años 2000 y 2013 fue cedido a la Junta y funcionó como centro de FP del IES Virgen de Guadalupe, hasta que su mal estado obligó al cierre. Desde entonces se mantiene vacío. Los residentes de la parte antigua han propuesto reutilizarlo como zona de uso vecinal, y el PP como espacio de innovación artesana, pero el ayuntamiento acaba de anunciar que el edificio ya es «irrecuperable», incluso está precintado. Su futuro pasa por su derribo y nuevo contenido.

4. Bienestar Social

Está en una de las calles más céntricas y transitadas de la capital cacereña, pero su aspecto es decrépito y no contribuye precisamente a la buena imagen de la zona. Situado en el nº 9 de Reyes Huertas, el edificio fue construido por la Junta como sede de Bienestar Social, y cuando apenas llevaba dos décadas abierto comenzó a quedarse sin contenidos hasta que los dos últimos servicios de la Consejería de Igualdad y Empleo (Ayudas para la Integración en Situaciones de Emergencia y una oficina de centros infantiles) se trasladaron a otros puntos. El Ejecutivo regional lo dio por clausurado en enero de 2011.

Las pintadas y la suciedad se fueron instalando en sus muros, a la espera de una nueva utilidad. En 2013, la Junta lo cedió a los Hermanos de la Cruz Blanca, por 50 años, para una nueva residencia donde atender a sus usuarios, con discapacidades muy severas. Sin embargo, hace un mes se barajó como opción para trasladar el Punto de Atención Continuada (PAC) que debe cerrarse en el Hospital Provincial, algo que no ha gustado a los Hermanos de la Cruz Blanca, que recuerdan que ya tienen un proyecto.

5. Dehesa de los Caballos

El Mercado de Abastos de la Dehesa de los Caballos, situado entre Llopis y Las 300, se abrió en 1985, con dos plantas, para acercar la oferta de alimentos frescos al sur de la ciudad, pero sufrió el declive que ha acabado con muchos de estos recintos ante la competencia de las grandes superficies y las prisas del consumidor. En 2009 solo tenía ocupada la tercera parte de los puestos, y a finales de ese año el ayuntamiento decidió su cierre. La media docena de vendedores allí instalados fueron trasladados al Mercado de Abastos de la Ronda del Carmen.

Aunque ha habido algunas propuestas para reabrirlo, por ejemplo negocios de hostelería, ninguna ha cuajado. Ahora, el Gobierno local ha convertido este espacio en una «prioridad» para la presente legislatura, en palabras del propio alcalde. Pretenden hacer de la Dehesa de los Caballos un centro intergeneracional con baile para mayores, locales para asociaciones vecinales y espacios para que los jóvenes realicen actividades, es decir, un lugar polivalente y de encuentro entre ciudadanos de distintas edades. El proyecto se ha encargado a los arquitectos municipales.

6. Edificio Sindical

Un coloso en la avenida Primo de Rivera en busca de un destino. Ésta es la situación del Edificio Sindical de Cáceres, uno de los inmuebles con mayor envergadura del centro, construido en 1960 como sede del movimiento sindical del franquismo y del Ministerio de Trabajo. Con los años ha entrado en decadencia y ya se encuentra en trámites para salir a subasta a través de la sociedad pública Segipsa, como publicó este diario a principios de año. Las grietas producidas por las obras del parking y el incendio declarado este verano en su interior, que obligó a UGT a trasladar sus oficinas, han sido la puntilla.

El edificio pertenece al Ministerio de Trabajo, que hace años se llevó sus instalaciones a Macondo. Solo quedan en su interior las sedes de Comisiones Obreras y de la Federación Empresarial Cacereña, con las que se dialoga para encontrar nueva ubicación cuando se produzca la venta. Cabe recordar que el inmueble, de 8 alturas (las últimas ya están desiertas), se encuentra protegido y no cabe su demolición, solo su reforma. Por cierto que próximamente se procederá a la retirada de su escudo franquista.

7. La Fosa

Durante un siglo de actividad extractiva, el complejo minero de Aldea Moret concentró 12 pozos y 119 construcciones auxiliares. Un patrimonio industrial que en buena parte se ha perdido o expoliado (el botiquín, los estanques de lixiviación, la electrólisis, el chapero, las escuelas, el cine-comedor, el refugio...). Respecto a las grandes estructuras, no hay rastro de la enorme fábrica de ácidos, ni de la impresionante nave de madera que servía de almacén de abonos. Las instituciones sí han logrado salvar tres: el Embarcadero, el almacén de superfosfatos (hoy Garaje 2.0) y el pozo La Abundancia (centro de Interpretación). También queda en pie el edificio más bello del conjunto por su perfil industrial: La Fosa.

Es el único de los grandes recintos que falta por rehabilitar. Ha acariciado algunos proyectos: centro de recepción de visitantes de la mina y centro de divulgación de la arqueología industrial y minera. Este último llegó a ser redactado hace una década por el ayuntamiento y quedó pendiente de su presentación ante el Ministerio de Cultura, a la espera de la declaración de Bien de Interés Cultural. Dicho reconocimiento se otorgó en 2011, pero no hubo más avances.

8. Bloque C

Los vecinos de la calle Ródano llevan diez años conviviendo con un fantasma frente a sus casas. Se trata del Bloque C, del que se ha dicho todo pero nada se ha hecho en la última década. Este paradigma de la marginalidad, que tuvo que vaciarse 22 años después de su construcción al haberse convertido en el mayor foco de delincuencia y mercadeo de drogas, sigue en pie esperando su futuro, en un barrio donde faltan servicios de todo tipo.

De propiedad municipal, desde su desalojo en 2009 se han barajado alternativas como un centro de usos múltiples, un centro de recuperación con tratamientos de fisioterapia y similares, un geriátrico... Otros son partidarios de su derribo y plantean un parque, instalaciones deportivas... Lo único que está claro es que no volverá a albergar viviendas sociales dada la saturación del barrio. Así lo ha anunciado hace unas semanas el alcalde, Luis Salaya, que está a la espera de los informes técnicos para conocer el coste del derribo, buscar fórmulas para proceder al mismo y construir en su lugar lo que decidan los vecinos de Aldea Moret, a los que en principio se dará voz y voto en esta cuestión.

9. Palacio de la Concepción

El edificio fue construido y finalizado en 1915, siguiendo el diseño del arquitecto francés Galerón. De sus cuatro plantas, las dos primeras pertenecen a la empresa Progemisa, la parte superior se vendió a la empresa pública Urvipexsa (promotora de viviendas públicas de la Junta) y además tiene un sótano. Destaca su fachada, la escalera central de mármol y una bella claraboya, elementos todos protegidos. Este palacete, originario de la familia de los López-Montenegro, espera un comprador.

10. Mercado de abastos

El Mercado de la Ronda del Carmen se rehabilitó entre 2015 y 2016 con una inyección de un millón de euros. La planta baja se está ocupando paulatinamente, pero la superior, modernizada y diáfana, sigue sin actividad salvo algún evento puntual. Existe interés por parte de la Asociación de Cocineros y Reposteros de Extremadura de abrir en ella un mercado gastronómico, al estilo de los que triunfan en el país. El ayuntamiento afirma que estudia diversos proyectos para dar cabida a una oferta atractiva.