La taberna El Rincón, cuyo propietario, Carlos Cordero, tiene una trayectoria más reducida como gerente de hostelería en la plaza Mayor, opina que la reforma de este espacio ha dejado el entorno "bastante bien", exceptuando el tema de los flyer (reparto de publicidad). "Cada uno en su negocio puede hacer lo que quiera, repartir folletos o intentar captar clientes. Lo que no me parece legal es poner en todos los sitios chicos y chicas repartiendo folletos, incluso en las puertas de otros establecimientos de hostelería y comercio, me parece vergonzoso, porque llega el turista a la entrada de la plaza y ya le están dando papelitos", critica.

Carlos Cordero afirma que los problemas no acaban ahí, y que han llegado a su terraza a decirle a sus propios clientes que no se sienten, sino que vayan a su local, lo que considera una competencia desleal. Además, critica el hecho de que los precios del menú se cambien de palabra con los turistas para captar clientes. "Todos tenemos que vivir y buscarnos la vida lo mejor que podamos, pero lo que no puede ser es ir pisando a los demás", recrimina Carlos, que afirma haber denunciado estas prácticas y no sabe que más hacer. "Los mandan por mi puerta con sus ofertas para que no se sienten en otros locales", concluye.