Si alguien busca en el callejero a la cacereña María Telo solo aparece en uno y es en Salamanca. La abogada está considerada una de las mujeres más relevantes del siglo XX pero el callejero cacereño aún no la reconoce. Esta semana, tras la propuesta de Teófilo Amores, ahora concejal no adscrito, de reordenar el callejero cacereño y orientarlo hacia la igualdad, regresa a la palestra una iniciativa ciudadana que ya se lanzó hace años y que se ha quedado en la mesa hasta la fecha.

Fue hace dos años cuando Confines solidarios, una asociación cacereña, decidió registrar una propuesta para que la abogada diera nombre a una calle en Cáceres. Lo hicieron por las dos vías: la de memoria histórica y la vía ordinaria. En declaraciones a este diario, el colectivo pone de manifiesto que la petición fue admitida durante el anterior gobierno municipal aunque sostienen que en ningún momento han recibido notificación oficial. Ahora lo que se baraja es la ubicación. En la propuesta, la asociación deja claro que debe tratarse una calle céntrica y plantean dos opciones: un parque de Cánovas o la calle Comandante Sánchez Herrero (subida de Hacienda). «No tiene sentido que esté en las afueras, la idea es que sea visible», sostienen.

Aseguran también que ya han contactado con la hija de la cacereña para que asista a la inauguración. Por el momento, invitarla a la próxima edición del Certamen Literario María Telo, que también celebra desde hace dos años la asociación Confines Solidarios. La idea, apuntan también desde la organización, es proponer más nombres de mujeres en cuanto se materialice la iniciativa de Telo. «El objetivo es nivelar la balanza hasta ahora desnivelada y hacerlo desde una perspectiva feminista», ponen de relieve. En ese sentido, anotan que no solo apostarán por mujeres ilustres sino por «mujeres anónimas» y «rurales».

La abogada de la igualdad

Recordada por la icónica foto con Goya Telo y Pilar Alonso, la abogada cacereña ocupó un papel fundamental en la defensa de los derechos de la mujer en plena dictadura. Entre sus mayores logros se encuentra la reforma del Código Civil de 1975 en la que se suprimió la licencia marital y la obediencia al marido. Nació en Cáceres en 1915, estudió Derecho en Salamanca y tras el estallido de la Guerra Civil, tuvo que esperar hasta 1940 para licenciarse. Las leyes franquistas le impidieron acceder al cuerpo de notarios y desde los 37 ejerció como abogada. Presidió la asociación española de mujeres juristas que se creó en 1971 y en 2008 fue nombrada Doctora Honoris Causa por la Universidad de Salamanca. Falleció en Madrid en 2014 a los 98 años.