Son muchas las calles de Cáceres que han cambiado de denominación oficial a lo largo de los tiempos, aunque siempre se superpone el nombre popular. Algunas, por los vaivenes políticos, han sufrido muchos cambios: Nuestra plaza Mayor fue de la Constitución, de España, del General Mola y siempre la plaza. La popular calle de Pintores ha sido del Rey, de la República y del Generalísimo Franco y nuestro primer parque, que está dividido en dos partes, (la de Calvo Sotelo, al norte, es menos conocida) se llamó avenida de Armiñán y Avenida de España, aunque será siempre Cánovas.

Pero aparte de estas, hay calles con nombres de regusto popular que la superioridad siempre trató de eliminar que perviven en la memoria.

Como antiguamente la ciudad se dividía en parroquias, seguiremos esta pauta. He aquí algunos ejemplos: en la zona de la parroquia de Santiago de los Caballeros, la de General Ezponda fue la calle Empedrada; General Margallo, de los Moros; la Plaza del Duque, las Cuatro Esquinas; y Camberos, la Calleja Oscura. La calle San Justo se llamó antes de los Caños.

En la parroquia de San Juan Bautista, que por cierto fue denominada de antiguo como de los Ovejeros, tenemos Sergio Sánchez que fue de los Carniceros; Pizarro que fue de Don Juan Solanas; el pequeño compás frente a la Soledad se llamó el Altozano y contiguamente la plaza que fue del Potro de Santa Clara, que va recuperando el nombre.

La calle Clavellinas se llamó primero de Santo Domingo Soriano por estar ubicada allí la ermita de este santo, y más tarde de Rabo de Gato, probablemente por su forma. La contigua de Donoso Cortés (su primer tramo) se llamó, hasta bien entrado el siglo XX de las Grajas, recibido el nombre de la familia de Don Gregorio Grajos que vivió en ella.

La actual plaza de San Juan (la zona de jardín) se llamó la Corredera de San Juan, estando incluso dividida en Corredera Alta y Corredera Baja, y siguiendo el camino hacia la plaza Mayor cambió el popular de las Peñuelas Bajas por el rimbombante de Gran Vía (en la época postbélica se denominó Gran Vía de los Defensores del Alcázar de Toledo. Saliendo de la Corredera en dirección a la plaza de Publio Hurtado (antes de las Peñuelas Altas) hay una cuesta con barandilla que se llamó el Callejón de Ovando.

En las cercanías, la calle de las Parras fue denominada un tiempo avenida de Cervantes y la que en la actualidad conocemos como San Antón, a secas, fue las Afueras de San Antón de los Escambrones.

Limitando las dos parroquias citadas se trazó una nueva calle, que como no había de ser por menos se llamó del Barrionuevo, perteneciendo la parte alta a San Juan y la parte baja a Santiago. Esta calle en su último tramo colindante con la zona que también ha tenido, y tiene, sus nombres: El Ejido de los Mártires, la plaza de Toros, el Cuartel, el Perejil y la Plaza del Regimiento de Argel 27 se llamó Barrionuevo de la Berrocala.

En pleno centro de la ciudad, la calle Moret, en memoria de don Segismundo Moret, presidente de la empresa de las Minas de Aldea Moret y del Consejo de Ministros, se llamó de toda la vida calle Cortes, y muy cerca, la hoy Roso de Luna, recibió hasta hace poco el nombre de Falangista Javier García.

Como vemos, siempre ha habido deseos de las autoridades por oficializar los nombres de las calles y del pueblo por denominarlas con nombres, en la mayor parte de los casos más ajustados. Ustedes, después de conocerlos, quédense con el que más les guste.