Los excrementos de los perros podrían dejar de ser un grave problema en Cáceres si la campaña que prepara el ayuntamiento cumple sus expectativas. El concejal de Infraestructuras, Miguel López, ha anunciado la puesta en marcha de este proyecto cuyo objetivo principal es mantener limpias las calles y zonas verdes de la capital cacereña.

La operación limpieza pasará primero por una campaña de concienciación que durará seis meses. Estará dirigida a propietarios de perros. Se trata, en palabras del concejal, "de una campaña de mentalización" que informará de los riesgos que los excrementos de los animales provocan en la población y de las sanciones a las que los dueños de los animales tendrán que hacer frente si no cumplen con la normativa municipal.

La intención del consistorio es que esta información llegue a los propietarios de forma individual y "puerta a puerta". Pero, además, la campaña se difundirá en prensa. Igualmente, el gobierno local facilitará bolsas pequeñas a los dueños de los perros y todas ellas llevarán el anagrama del ayuntamiento.

Asimismo, la concejalía de López prevé cumplir a rajatabla con la ordenanza de animales. Primero se revisará el censo y se trabajará en la obligación de que todos los perros estén registrados. Pero además se será "inflexible" en la aplicación de las sanciones contra aquellos ciudadanos que no respeten la ley.

LA NOVEDAD Sin embargo, el aspecto más novedoso del proyecto de Miguel López pasa por la instalación de espacios, tanto en el centro como en los barrios de la periferia cacereña, para que los animales hagan sus necesidades. Se trata de zonas valladas cubiertas de arena que ya funcionan con éxito en otros países de Europa. López explica que los habitáculos tendrán una superficie de unos 30 metros cuadrados, la arena se limpiará a diario, de forma periódica y cuantas veces sea necesario.

El concejal indica que el ayuntamiento confía en que la campaña de concienciación sea efectiva y estimó que hay que trabajar en la línea de la información y de la formación ciudadana. "Confío mucho en la sensibilidad de la gente. Yo soy dueño de perro y creo que teniendo conciencia cívica suficiente y ofreciendo alternativas se puede solucionar el problema".

Hasta ahora las medidas municipales en esta materia han resultado poco eficaces. Los conocidos pipi-can de las zonas verdes no han tenido el éxito perseguido, tampoco las bolsas de plástico que se ponían a disposición de los vecinos puesto que al poco tiempo de colocarse los vándalos se las llevaban. La decisión de prohibir la entrada de los animales a parques como el del Príncipe o el del Rodeo tampoco resultaron efectivas.