El Mercado de las Tres Culturas era la excusa perfecta para aprovechar el sol otoñal de ayer con un plan al aire libre y lo variopinto de la oferta gastronómica llenó un año más la zona monumental en las horas centrales del día: de las carnes asadas o a la brasa de la zona cristiana de Santa María (envuelta en nebulosa por el humo de las parrillas), a los Kebab del zoco en torno a San Mateo, pasando por otras propuestas no tan propias de la época pero igualmente exitosas, como bocadillos, patatas asadas rellenas o pizzas. Las terrazas de todos los puestos se llenaron y las colas en muchos de ellos obligaron a esperar a algunos y disiparon las expectativas de otros que se habían acercado a la zona con el objetivo de saborear el medievo. Y mientras las terrazas bullían, en los puestos artesanales el ambiente era más relajado a mediodía (este año se han redistribuido además en algunas zonas como Gran Vía y San Juan para permitir terrazas a los hosteleros y la sensación es de mayor amplitud), y eso que ayer era una de las jornadas grandes de la cita de este año.

«Tenemos buenas expectativas para hoy, porque el jueves y el viernes han sido más flojos que el año anterior», reconocía José Manuel Miranda, artesano cacereño de corcho que repite en el mercado, este año con un puesto en la plaza de San Juan. En todo caso, los vendedores dan por seguro que el día realmente importante será hoy domingo por la coincidencia en la ciudad de las oposiciones (están convocadas 17.000 personas) y la manifestación del tren (la organización habla de 10.000 personas), unidos a la afluencia habitual a la última jornada del mercado medieval. Para todos ellos, el programa incluye actividades como títeres, exhibición de cetrería, luchas y combates, o una explicación de armas de las tres culturas. Durante todo el día se podrá ver también la exposición de cetrería, la granja y la muestra de utensilios de tortura. Sobre las doce de la mañana estarán abiertos además los 150 puestos que integran el mercado. Y será la última oportunidad para zambullirse en ese ambiente medieval en pleno 2018.