TDtesde que cerró la prisión provincial de Cáceres, cuando se iniciaba el siglo XXI, hasta la fecha, de manera cíclica surge la noticia sobre el futuro de un macro edificio de costoso mantenimiento y ardua rehabilitación. Por ello es bueno saber los orígenes de un inmueble que supuso un importante avance para su tiempo en lo relativo a la dignificación de aquellas personas a las que los avatares de la vida habían conducido a presidio.

El principal precursor de la conocida como cárcel nueva sería el concejal obrero Antonio Canales González , que en una carta dirigida al pleno del consistorio cacereño el 19 de mayo de 1927 solicita se tome interés por la vieja cárcel de la Audiencia Territorial de Extremadura, que desde 1791 era el lugar donde cumplían condena "una multitud de desgraciados", en condiciones de "lobreguez e insalubridad", por lo que solicita que se construya una nueva prisión e incluso señala el posible lugar para ello, junto al cerro del Teso.

Esta petición es apoyada por una carta que el propio director médico de la cárcel, Antonio Guerra , había enviado al alcalde, Arturo Aranguren , en la que denuncia "el deplorable e inmundo edificio (si así puede llamarse) que hace de albergue impropio de cobijar seres humanos por delincuentes que fuesen".

XLA DESCRIPCIONx del médico es aún mas dura en lo relativo a las celdas en las que vivían los presos "catacumbas sin luz , sin aire, ni ventilación posibles" por lo que solicita al alcalde que se construya una nueva prisión provincial, aunque solo sea por compasión social, "la caridad nunca fue enemiga de la justicia" mantiene el doctor. Esta opinión sobre la vieja cárcel es compartida por la propia Dirección de Prisiones así como por el alcaide y funcionarios de la misma.

El 19 de mayo del año 1927, en una sesión plenaria de la corporación municipal, el ayuntamiento aprueba la moción que había presentado el concejal Antonio Canales para solicitar al Estado una nueva prisión provincial que sustituya el viejo correccional que estaba situado en un lateral del palacio de la Audiencia, incluso se llegan a ofrecer terrenos que están en las afueras de la ciudad, junto a la carretera de Medellín, para su construcción, solares que cuentan con el beneplácito tanto del médico de la cárcel como de su director.

Todo parece posible, aunque los tiempos de la dictadura de Primo de Rivera no serían los mejores para conseguir tan ansiada empresa El argumento de una cárcel nueva para Cáceres se diluye y durante años no se vuelve a tomar medida alguna para solucionar las condiciones de vida de los de presos que habitan el viejo correccional.

No será hasta el advenimiento de la II República, en 1931, cuando de nuevo y esta vez con el concejal Canales como alcalde de la ciudad, cuando se van a dar los pasos, precisos y decisivos, para concluir la petición que este regidor había realizado en 1927.