Lleva ocho años al frente del Colegio de Médicos. Carlos Arjona repite de nuevo como presidente, cargo que ocupará los próximos cuatro años. Se marca como principal objetivo buscar soluciones a los problemas del sistema sanitario en la provincia y, para ello, quiere hacer un colegio inclusivo, dando voz a pacientes y profesionales. En estos cuatro años espera también poder ver abiertas las dos fases del nuevo hospital. Ayer tomó posesión junto a su junta directiva en un acto celebrado en la sede del colectivo.

-Lleva ocho años al frente del Colegio de Médicos y volverá a presidirlo cuatro años más, ¿hay cambios en su junta directiva?

-Somos un grupo de 16 personas, de las que seis son nuevas. Se incorporan tres mujeres y gente mucho más joven. Están representadas todas las áreas de salud para conocer los problemas de todos los ámbitos del sistema.

-¿Qué se plantea para los próximos cuatro años?

-La idea es tener un sistema más integrado y participativo. Queremos abrir el debate a la sociedad civil y contar con los medios de comunicación para que sean los portavoces de la sanidad en nuestra provincia. Una de las funciones del colegio es la de opinar sobre cómo está nuestro sistema de salud y denunciar las injusticias, como la distribución de los recursos, porque tenemos dudas de si se está haciendo bien o no. Lo que queremos es tener una salud pública de calidad.

-¿Por qué cree que no se están gestionando bien los recursos?

-No es normal que haya unas listas de espera como las que hay. No es normal que se cierren consultas y que haya profesionales en sus casas. También estamos teniendo problemas con las jubilaciones anticipadas, que no se cubren. Un sistema así hace aguas. Desde el Colegio de Médicos queremos ver desde la calle cuáles son los problemas del sistema y qué es lo que está pasando.

-A diario se registran quejas de los pacientes con respecto al sistema sanitario de la provincia. Las salas de Urgencias llenas, pruebas que no se hacen...

-La demanda sanitaria es cada vez mayor y los procesos de diagnóstico son cada vez más complejos. Eso hace necesario que haya más personal. Otro de los problemas que tenemos es el gasto farmacéutico, que este año se ha disparado; si no se controla el gasto sanitario en farmacia el sistema tiene riesgo de venirse abajo. Por eso insistimos en que hay que hacer un mejor uso de los recursos.

-¿Pero a los médicos se les dice que hay pruebas que no pueden realizar a los pacientes porque cuestan mucho dinero?

-Al personal médico si se le dice que hay que hacer algo, lo hace. El problema es que antes los jefes de servicio tenían un poder grande de decisión y ahora esas decisiones se toman desde la gerencia. No obstante las pruebas de diagnóstico son a criterio facultativo. Lo que el profesional tiene que controlar es que una prueba no se repita innecesariamente.

-¿Tenemos buenos equipos en el área de salud de Cáceres?

-La tecnología se ha quedado desfasada. En 2009 bajaron muchísimo las inversiones. El problema es que la tecnología médica cuesta muchísimo, además de los aparatos hay que pagar a los nuevos profesionales que se encarguen de realizar las pruebas con este material. Pero insisto en la necesidad de optimizar los recursos, porque solo vamos a poder hacer el sistema sanitario que el presupuesto nos permita. Hay pruebas que cuestan muchísimo, como pueden ser los nuevos tratamientos oncológicos o las pruebas reumáticas. Esa polémica se desató el año pasado con el tratamiento de la Hepatitis C, que no se podía asumir.

-¿Qué propone entonces para optimizar esos recursos?

-Lo primero es dejar opinar a los profesionales. Lo lógico sería que cada centro de salud gestionara su presupuesto para saber hasta dónde se puede llegar.

-La semana pasada la Junta presentó la ley de presupuestos. Se contemplan 10 millones en 2017 para terminar la primera fase del hospital. Para la segunda fase no hay partida...

-Nosotros siempre hemos dicho que queremos que se abran la primera y la segunda fase juntas, pero ya es difícil que esto suceda. Hemos pedido en varias ocasiones que, igual que hubiera una partida para la primera fase en 2017, hubiera otra para el proyecto de la segunda fase, porque eso permitiría que en 2018 se empezara a construir, pero habrá que esperar un año más.

-¿Cree que será posible abrir el nuevo hospital por fases?

-Tener dos hospitales abiertos es muy costoso porque siempre habrá servicios duplicados. Entiendo la necesidad de cerrar el Virgen de la Montaña, pero primero habrá que ver qué servicios se pueden trasladar y cuáles no. Otro problema serán los traslados, porque no es fácil trasladar a pacientes desde el San Pedro de Alcántara al nuevo hospital por la ronda de Vadillo, donde suele haber atascos. Sí se pueden trasladar servicios que no requieren de otros servicios, como las consultas; el problema es que en la sanidad cada vez hay más interconsultas. Puede darse la situación de que un paciente operado en el nuevo hospital necesite, por ejemplo, que le vea un cardiólogo en el San Pedro de Alcántara y eso conllevará problemas.