La Comisión Informativa de Economía del Ayuntamiento de Cáceres ha dado el visto bueno a la construcción de una pista de patinaje en Casa Plata, con una partida inicial de 40.000 euros con cargo a los Presupuestos Participativos de 2018, propuestos por el Consejo de Participación Ciudadana. Será la primera instalación de este tipo que se abra en la capital cacereña, donde la práctica del patinaje se ha extendido considerablemente entre la ciudadanía en los últimos años.

La petición partió de la Asociación de Vecinos Maltravieso-Casa Plata, una zona en expansión con largas calles donde los aficionados suelen practicar con sus patines. De hecho, hace dos años, junto con el Club y Escuela de Patinaje 8Ruedas, la barriada presentó esta propuesta a los Presupuestos Participativos (el ayuntamiento reparte 1 millón de euros entre las sugerencias vecinales). El pasado ejercicio volvió a hacerlo por propia cuenta. Finalmente se concedieron 40.000 euros para el inicio de la obra (proyecto, trámites...), avalados recientemente por la Comisión de Economía del ayuntamiento. La ejecución completa de la pista requerirá nuevos desembolsos hasta alcanzar los 100.000 euros, pero la barriada se asegura con este arranque que la iniciativa va hacia adelante.

La instalación será un anillo para el patinaje de velocidad, de forma circular, que la propia asociación de vecinos ha propuesto en torno a las pistas polivalentes que ya se inauguraron el pasado año. «Entendemos que en este mismo espacio hay terrenos anexos sin aprovechar destinados a infraestructuras deportivas, que están alejados de las viviendas y donde no se molesta a nadie, pero será el ayuntamiento el que lo determine», explica Rosa Palomino, presidenta de la Asociación Maltravieso-Casa Plata, una barriada que también apostó por la creación del primer parque adaptado a niños discapacitados, ya abierto.

El colectivo vecinal, satisfecho con estos avances, recuerda no obstante que aún existen carencias significativas en la barriada, por ejemplo la no disponibilidad de una sede propia donde los residentes puedan dar rienda suelta a sus numerosas actividades. «En septiembre cumplimos 11 años, no tenemos ningún local donde organizarnos, debemos depender de la disponibilidad de otras instalaciones como las casas de cultura Rodríguez Moñino y Moctezuma», argumenta la presidenta, recordando que ya son 300 las familias inscritas a la asociación, motivadas por el dinámico programa de actos que los vecinos organizan a lo largo del año.

UN LOCAL PROPIO / El colectivo tiene previsto solicitar a la Junta de Extremadura la cesión de uno de los locales existentes en un edificio de su propiedad al final de la calle Trashumancia, e incluir su puesta a punto en las peticiones al ayuntamiento, con cargo a los presupuestos participativos.

Además, la barriada tiene otras mejoras pendientes, como el arreglo de la franja derecha de la calle Cueva de la Becerra, donde hay que ajustar el acerado a la valla de un solar puesto que ambos están separados por un socavón junto al que transitan los peatones. «El parque desemboca en esta zona y los niños pasan por allí», recuerda Rosa Palomino.

También quedan parcelas sin vallar, «municipales y privadas», que deben limpiarse. Una de ellas, en la calle Cueva de la Becerra, propiedad del ayuntamiento, sirve de espacio para apilar material de obra y a diario genera un trasiego «que provoca polvo y molestias desde primeras horas a las viviendas, muy cercanas», lamenta la presidenta. Además, existe otro solar con casetas de obras que llevan allí más de una década, e incluso una grúa que genera la desconfianza de los vecinos cuando sopla el viento.