Como era de esperar la negociación quedó rota en la mañana de ayer en la sede de Catelsa, principal empresa de Cáceres, donde finalmente los sindicatos no llegaron a un acuerdo con el Comité de Dirección (Codir), que confirmó a los trabajadores que aplicará un segundo ERTE que se extenderá hasta el próximo mes de diciembre. Desde una de las centrales, CGT, se informó de que ese expediente se aplicará con carácter retroactivo incluyendo el mes de julio.

La mesa negociadora la conforman, junto a CGT, las centrales UGT y CCOO aunque la fuerza mayoritaria es la primera. A ella se unen el director gerente y el responsable de recursos humanos, como miembros del Codir. «Nos han dicho que no pueden garantizar los 250 puestos de trabajo actuales durante cinco años», explicó al término del encuentro el delegado sindical de CGT, Bernabé García González.

Este representante sindical anunció que impugnarán el ERTE y estima que la autoridad «es probable que tampoco lo acepte». García insistió en que no se dan las circunstancias para presentarlo puesto que la plantilla y las empresas externas (situadas en Malpartida de Cáceres y Herreruela) están funcionando a pleno rendimiento. «Nos han pasado unas cifras de mayo, cuando estábamos en plena pandemia que no se corresponden con la situación actual», zanjaron desde CGT. De momento no hay previstos más encuentros entre empleados y dirección.

250 empleos

Garantizar que los 250 puestos de trabajo actuales de Catelsa se mantengan durante cinco años. Esa es la exigencia que las centrales sindicales ya plantearon el lunes a la empresa, en su primera reunión de la semana, para aceptar la firma de un segundo expediente de regulación de empleo hasta el mes de diciembre (el primero se aplicó con el Estado de Alarma). La dirección dijo que no podía asegurar ese plan a largo plazo y ambas partes se emplazaron al encuentro de ayer, que también resultó infructuoso.

Los sindicatos volvieron a expresar este martes que en la disyuntiva actual no se dan las circunstancias para un ERTE, y que solo lo aceptarían en base al cumplimiento de tres puntos. El fundamental y más importante es que Catelsa realice un plan de viabilidad por cinco años, que conllevaría el mantenimiento de los 250 puestos de trabajo actuales. El segundo es frenar la externalización, es decir, zanjar el acuerdo con dos empresas de la provincia, una de Malpartida y otra de Herreruela, que se encargan del proceso de verificación de piezas; eso supondría el rescate de entre 18 a 20 empleados. El último punto es que el Codir mantenga las pagas y las vacaciones.

Los directivos contestaron que solo aceptarán el segundo punto, el que se refiere a la externalización. Los sindicatos, por su parte, aseguran que la intención es despedir a partir de enero a 50 personas e insisten en que la industria, que forma parte del grupo Hutchinson, es la segunda mejor posicionada dentro de su división, que es de estanqueidad de precisión del automóvil.

Finalmente, el alcalde, Luis Salaya, se refirió el lunes a este asunto y manifestó que confía en que «la situación se resuelva garantizando el mayor número de empleos posible». Catelsa, que se dedica a la elaboración de componentes para automóviles, es la principal industria de Cáceres, donde lleva asentada la friolera de 47 años. Ha llegado a tener hasta 400 empleados.