En las terrazas de Virgen de la Montaña en lugar de velas son las linternas de los móviles las que alumbran las noches de verano. Los hosteleros se quejan porque todos los viernes y los sábados desde que comenzó la época estival las farolas de la calle no se encienden hasta pasadas las once de la noche. Y eso si ellos llaman a la policía para quejarse. No entienden qué es lo que ocurre esta temporada.

La situación es muy incómoda para los clientes, que muchas veces se marchan al no haber iluminación suficiente para ver lo que uno está cenando. Los que deciden quedarse o se alumbran con las luces de sus móviles o tienen que meterse dentro del bar para estar más cómodos. Es un trastorno para los empresarios. "Tenemos que llamar todos los fines de semana a la policía para que las enciendan. No entendemos qué ocurre, pero las luces no se encienden y así no podemos estar", explica una de las afectadas. Más aún ahora que comienza a anochecer mucho antes que en el mes de julio.

Es un trastorno porque a esa hora los fines de semana es cuando más gente se concentra en las terrazas y, por lo tanto, cuando más caja hacen los empresarios. "La gente no ve, es increíble que tengan que estar comiéndose las tostas con las luces de los móviles. Ya está bien, esto no es normal", se quejan. El malestar es aún mayor porque Virgen de la Montaña es una de las calles con la tasa más cara para la instalación de terrazas. "Se supone que somos una calle de primera porque somos los que más pagamos. Tienen que poner una solución", señalan.