El papa Francisco ha nombrado este viernes al obispo de Coria-Cáceres, Francisco Cerro, nuevo arzobispo de Toledo, primado de España. El nombramiento lo hizo público el propio Cerro en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por el vicario general de la diócesis, Diego Zambrano, y de gran parte de la curia. Sustituye a Braulio Rodríguez Plaza, que dejará el puesto que ha ocupado en la última década, después haber cumplido, el pasado mes de enero, la edad canónica para presentar su renuncia, 75 años. El nombramiento de Francisco Cerro venía rumoreándose desde el pasado verano pero no se ha hecho público hasta que el papa Francisco lo ha comunicado de manera oficial.

Es la primera vez en la historia reciente que un extremeño pasa a ser el máximo responsable de una de las grandes archidiócesis del país y una de las más antiguas (también lo fue el cardenal pacense Juan Martínez de Villagarcía, pero murió en 1557). La archidiócesis toledana se creó en el siglo I y en el siglo VII fue elevada a primada de España, desde entonces todos los arzobispos llevan además aparejado el título de ‘primado de España’. Incluye cuatro diócesis sufragáneas (Sigüenza-Guadalajara, Cuenca, Ciudad Real y Albacete), y su jurisdicción comprende los municipios de Toledo y parte de los de Cáceres y Badajoz.

Entre las localidades extremeñas que pertenecen a la archidiócesis de Toledo se encuentra Guadalupe, sede de la patrona regional. Los obispos extremeños llevan más de dos décadas luchando para que este municipio pase a pertenecer a una de las tres diócesis de Extremadura, pero nunca se ha logrado. Cerro asegura que, desde su nuevo puesto, trabajará para conseguirlo. «Ya lo dije clarísimamente, va a seguir siendo una apuesta para que Guadalupe pertenezca a una de las tres diócesis de la provincia eclesiástica de Extremadura, no puede haber duda, pero la solución la tiene la santa sede», ha afirmado.

Se muestra contento: «Agradezco al papa la confianza que deposita en mi persona. Lo acepto con alegría», ha señalado el ya arzobispo electo de Toledo. «Es un regalo precioso del Señor suceder a monseñor Braulio. Me envía a una iglesia llena de historis, de vida y de frutos de santidad, con una tradición cristiana, con sacerdotes y religiosos verdaderamente entregados a su vocación y laicos que trabajan con alegría e ilusión», ha manifestado.

COMUNICA SU RENUNCIA / Al mismo tiempo que Cerro hacía público su nombramiento, el arzobispo saliente, Braulio Rodríguez, ha comunicado también su retirada. Ha leído la carta enviada por el Vaticano en la que se informaba de la sucesión. «Recuerdo bien la acogida que me dispensásteis hace diez años y medio. Sacerdotes, vida consagrada y fieles laicos debéis sentir que la santa iglesia ha elegido a vuestro nuevo arzobispo para reemprender la historia de esta iglesia de Toledo. Él necesita ahora de vosotros como lo necesité yo», ha señalado.

En los próximos días Francisco Cerro y Braulio Rodríguez mantendrán un encuentro para fijar la fecha de la toma de posesión, que podría ser en los próximos seis meses. De momento Cerro continuará en la diócesis de Coria-Cáceres como administrador apostólico. Una vez que se traslade a Toledo se quedará vacante el puesto de obispo en Cáceres y será el nuncio quien designe a uno nuevo. No se han avanzado posibles sustitutos, aunque el vicario general, Diego Zambrano, ha advertido que el puesto puede estar meses sin cubrirse. En este caso, a la espera del nuevo nombramiento, la nunciatura puede nombrar a un administrador apostólico, cargo que ostentaría un obispo de las diócesis cercanas; o pedir al colegio de consultores (formado por nueve sacerdotes) para que se reúnan y elijan un administrador diocesano (sería uno de ellos).

Las felicitaciones no se hicieron esperar. Entre ellos el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que ha dado la bienvenida a Francisco Cerro y ha confiado en seguir manteniendo una colaboración «activa y fructífera» con la archidiócesis toledana.

Cerro vuelve a Toledo, donde se ordenó sacerdote en 1981. Nació en Malpartida de Cáceres y cursó los estudios de bachillerato y de filosofía en el Seminario de Cáceres y los teológicos en el Seminario de Toledo. Es doctor en Teología Espiriual por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y miembro fundador de la Fraternidad Sacerdotal del Corazón de Cristo. Su vida sacerdotal transcurrió entre las diócesis de Toledo y Valladolid. En la Conferencia Episcopal es miembro de la Comisión Episcopal para las Misiones y la Cooperación entre las Iglesias y de la Comisión del Clero desde 2017.

Casi 13 años en la diócesis

«Es un momento agridulce, es humano sentir nostalgia»

Francisco Cerro deja la diócesis de Coria-Cáceres después de casi 13 años. Asegura que la noticia es «agridulce»: «Es humano sentir nostalgia y pena por abandonar un lugar en el que se ha vivido y compartido tantos años, pero también me siento feliz por seguir trabajando y a disposición de la iglesia en donde se me necesite».

Ha querido agradecer a todas las personas que han trabajado junto a él durante estos años por «su cercanía, cariño y corresponsabilidad». «He querido mucho a esta diócesis», aseguró el ya arzobispo electo de Toledo.

De sus años en Cáceres destaca la celebración del sínodo diocesano, que convocó a más de 3.000 personas y del que han salido los últimos proyectos de la diócesis. La rehabilitación de la catedral de Coria, que no se había tocado en toda su historia, la reforma de la concatedral de Santa María y la renovación del seminario diocesano. También la creación de las nuevas delegaciones episcopales y la presencia de la mujer en la diócesis. La declaración de la Semana Santa cacereña como Fiesta de Interés Turístico Internacional, en el año 2011, y la transparencia de la institución: «creemos que es importante que la sociedad sepa todos los medios y lo que la iglesia tiene», ha añadido.