Las hermanas del convento de Santa Clara celebraron ayer el 800 aniversario de la fundación de la orden y el día de Santa Clara de Asís con una eucaristía en la concatedral de Santa María. La misa fue oficiada por el obispo de la Diócesis de Coria-Cáceres, Francisco Cerro, y las religiosas estuvieron acompañadas por las hermanas del convento de San Pablo, también clarisas.
La segunda orden franciscana o de hermanas clarisas se creó en 1212 en la localidad italiana de Asís. Ese año, Clara Favarone se fugó de su casa un Domingo de Ramos y fue acogida por San Francisco, fundador de esta orden mendicante. Siguiendo los pasos de su maestro, Clara de Asís decidió llevar de manera independiente la misma forma de vida evangélica que San Francisco. Esta religiosa desarrolló toda su vida en torno a la pequeña ermita de San Damián, donde permaneció durante 42 años.
Santa Clara fue la primera mujer en redactar una regla monástica, aprobada por Inocencio IV, que también presidió sus funerales. La fundadora falleció en agosto de 1253 a los 60 años, todo un logro para la corta esperanza de vida de la época.
La pionera de esta orden franciscana fue canonizada un año después de su muerte, en 1254, por el pontífice Alejandro IV. En 1958, el papa Pío XII le concedió el título de Patrona de la Televisión. Después de su muerte, ya existían 115 monasterios en Italia y cincuenta fuera de este país. A principios del siglo XIV eran ya 413 los monasterios pertenecientes a esta orden franciscana.
PRESENCIA EN EL MUNDO Actualmente hay cerca de mil conventos repartidos por los cincos continentes con casi 15.000 hermanas. En España se encuentran los conventos y monasterios con mayor número de monjas dedicadas a la vida contemplativa.
En la capital cacereña, el convento de Santa Clara está situado en la plaza del mismo nombre, en una de las entradas al casco histórico, y habitada por 16 monjas españolas y de otras nacionalidades como indias o africanas. Este edificio religioso, de estilo barroco manierista, fue construido entre 1593 y 1612 y fundado por Doña Aldonza Torres Golfín, viuda de Sancho de Paredes, en noviembre de 1614 después de pleitos y obstáculos.
Desde ese día, las puertas del convento se abrieron para recibir a la primera comunidad de clarisas y, a partir de ese momento, no se ha interrumpido la vida entre sus muros.
