La plaza de toros de Cáceres --considerada edificio de interés regional-- ha tenido a lo largo de su historia, que se remonta a 1846, diversos usos.

Uno de ellos, el de campo de concentración entre 1939 y 1940 --en la Feria de Mayo de este último año volvieron a celebrarse en ella corridas de toros-- lo han recordado recientemente los diversos objetos aparecidos bajo su cubierta durante las obras de mejora.

Latas de conserva y cajetillas de tabaco vacías; páginas de periódicos, como el ABC y El Socialista, del 36 y 38; y un documento en cuya cabecera figura Campo de concentración de prisioneros de la plaza de toros de Cáceres y que firma el teniente del campo el 15 de abril de 1938, han recordado a unos y dado a conocer a otros aquel uso del coso cacereño.

Para unos estos objetos desvelaban que en otras épocas había quienes se escondían durante varios días entre las tejas y el entramado para asistir gratis a las corridas. La realidad es otra. El archivero municipal refleja que el espacio entre el falso techo de palcos, andanadas y pasillos, y la estructura del tejadillo, "era utilizado por los prisioneros internos para resguardarse del frío y dormir en las sacas de paja que allí se acumulaban".