¿Se imaginan un colegio en el que no hay un patio de recreo? Es lo que ocurre en el Gabriel y Galán, en Aldea Moret, que solo cuenta con un espacio de tierra con árboles y bancos muy deteriorados. No es que no lo haya ahora, es que no lo ha habido nunca. Los padres reclaman un patio en condiciones para sus hijos. Han comenzado ahora a movilizarse para exigir que se dote a este espacio de una zona de juegos y de un arenero, mobiliario con el que cuenta cualquier otro colegio de la ciudad.

«Los niños pequeños no pueden jugar en estas condiciones, esto no se puede consentir», se quejan. A esto se une además las condiciones de la superficie, que es de tierra y está inclinada lo que genera lesiones importantes en los niños cuando sufren alguna caída. Y son frecuentes, ya que los que juegan en ese espacio son los alumnos de Educación Infantil (el centro tiene este año en este ciclo a 46 niños).

Desde la dirección del colegio ya se ha reclamado la mejora del patio en varias ocasiones a la Junta de Extremadura, pero nunca se ha materializado. Sí se han llegado a mejorar, en cambio, otros problemas de seguridad que presentaba la zona de recreo: Una rampa peligrosa y el revestimiento de la pared, que era rugoso y los niños sufrían heridas constantemente. El año pasado además también se dotó al centro de dos escaleras de emergencia exteriores para adaptar el colegio a la normativa vigente de protección contra incendios y se llevó a cabo una reforma de los aseos de la planta baja. Además se repararon las cubiertas en mal estado y se mejoró la entrada principal, de donde se ha eliminado la plataforma escalonada. La actuación costó 181.764.

En cambio el centro sigue necesitando reformas. Se trata de un colegio que se construyó en 1978 y son muy pocas las mejoras realizadas desde entonces. Así, según explica el director, Francisco Tello, en estos momentos urge también reformar los cuartos de baño y sustituir las ventanas, las persianas y las puertas, porque la mayoría están rotas. «El colegio tiene un gasto de electricidad inmenso porque la calefacción se sale por las ventanas y los tambores, que están rotos», afirma el director. En el centro estudian en este curso escolar 160 alumnos.

La Junta de Extremadura afirma que es consciente de las necesidades del colegio y que estudia su viabilidad, pero advierte que «la red de centros educativos de Extremadura es muy extensa y hay otras muchas necesidades también a las que ir dándole respuesta en otros muchos colegios e institutos».