Aexcepción de las poblaciones de mayor tamaño, los municipios cacereños no tienen ninguna solución a mano para los animales abandonados, las camadas de cachorros que nadie reivindica o las mascotas que por unas u otras circunstancias se quedan sin propietario. La Diputación de Cáceres lleva años trazando un proyecto para poner remedio, que por fin ve la luz. Ya están en marcha las obras de construcción del Refugio Provincial de Animales, ubicado en la finca Haza de la Concepción, propiedad de la institución provincial.

Situado en el término de Malpartida de Plasencia, «tendrá capacidad para 200 animales y se está llevando a cabo con un presupuesto de 373.000 euros», explica a este diario la diputada delegada de Agricultura y Ganadería, Elisabeth Martín, tras visitar las obras. «Prevemos su finalización en la primavera del próximo año y pretendemos que empiece a funcionar lo antes posible, ya que es muy necesario para toda la provincia», indica.

La instalación contará, además de los 200 cheniles, con edificios específicos para la atención veterinaria, cuarentena y tratamiento de enfermedades infecciosas, a fin de garantizar una custodia adecuada de los animales. En total ocupará 534 metros cuadrados (la sexta parte de la superficie de la finca).

Elisabeth Martín, que ha visitado los trabajos junto al vicepresidente segundo y diputado de Medio Ambiente y Transición Ecológica, Alfonso Beltrán, y el alcalde de Malpartida de Plasencia, Raúl Barrado, avanzó que la Diputación pretende gestionar el Refugio con empleados propios. Otras cuestiones, como el traslado de los animales (en principio perros y gatos) desde los distintos municipios a la instalación, se determinarán en su momento. Lo que sí está decidido es que el centro fomentará la adopción de estos animales para darles una segunda oportunidad. «Nuestra mayor ilusión es que las obras finalicen en el tiempo previsto para ponerlo en funcionamiento cuanto antes», declara la diputada.

El recinto compartirá espacio en la finca Haza de la Concepción con el Vivero Provincial, desde el que se distribuyen plantas ornamentales y arbolado a los distintos municipios, y con el proyecto de protección de la raza bovina Blanca Cacereña.