El concejal de Seguridad y Movilidad Ciudadana del Ayuntamiento de Cáceres, Carlos Jurado, y el jefe de la Policía Local, César García, aseguran que el tiroteo del sábado de los agentes de la policía municipal que perseguían un vehículo en Aldea Moret "tuvo lugar en un descampado y sin poner en peligro a los ciudadanos".Según recoge la agencia Europa Press, una furgoneta conducida por J.A.G.M, que está en busca y captura por delitos de robos, se saltó un control que se había establecido para su detención tras haber sido identificado "de forma inequívoca" por un agente en la entrada a la ciudad en la carretera de Trujillo. Según relata el concejal, una vez que se identificó al conductro y sobre el que consta una orden de detención, se montó un dispositivo en la avenida Juan Pablo II, en la entrada a Aldea Moret con la confluencia con la carretera de Mérida, conocida como avenida de las Palmeras. Este hombre, de raza gitana, emprendió la huida al ver a los agentes y al llegar a la rotonda del ferial giró a la derecha tomando la Ex-100 dirección Badajoz, "conduciendo en parte de este tramo por el carril contrario, como un kamikaze, poniendo en peligro la vida de otros conductores que se tienen que echar al arcén", asegura Jurado. Así, al llegar a la siguiente rotonda, toma la primera salida para acceder al barrio de Aldea Moret y es en ese punto "en el descampado a la altura de las vías del tren cuando se producen cinco disparos" desde uno de los dos coches de la Policía Local que participaba en la persecución desde que se dio a la fuga del control, asegura el jefe de la policía, César García. "Los disparos no se produjeron en una zona habitada, si no en el descampado sin poner en peligro la vida de ningún ciudadano", asevera García, quien hace hincapié en que se disparó a las ruedas para hacer parar la furgoneta que iba conducida por este individuo y no por la mujer embarazada que más tarde dijo estar al volante y que tampoco era la acompañante del perseguido. Una vez que la furgoneta enfiló la calle Ródano, se metió en el garaje del bloque C y allí los agentes le perdieron la pista. Cuando vuelven al coche, los policías "son increpados y zarandeados" por un grupo de vecinos que se había echado a la calle, siempre según la versión del jefe de la Policía Local, y "ante esta situación optan por retirarse". Es entonces, en torno a las 21.00 horas del sábado, cuando se producen otros disturbios como la quema de contenedores de basura y la retención del autobús urbano por parte de este grupo de vecinos. En este momento, se personó una mujer embarazada que aseguraba que era la persona que conducía la furgoneta, en la que iban niños, y que no paró en el control porque no tenía carné. César García aclara que la furgoneta la conducía J.A.G.M. y que su identificación "fue inequívoca", y que con él iba otra mujer "que no era la embarazada", y que todavía no ha sido identificada. Además, señala que "no consta que hubiera niños en el vehículo". En cualquier caso, indica que el hombre sigue sin ser detenido y que se están elaborando los informes que serán puestos en manos del juez para que sea él quien decida "si se ha producido algún fallo en el procedimiento normal de los agentes". García insiste en que actuaron conforme a las normas establecidas y que en "ningún momento" se puso en peligro la integridad física de ningún ciudadano ajeno al conflicto. Por el contrario, sí recalca que de lo ocurrido se podría deducir que el hombre que conducía la furgoneta podría ser acusado de un delito de "intento de homicidio", ya que se echó encima del agente que le dio el alto en el primer control, y de "conducción temeraria", al conducir en dirección contraria durante un tramo, aunque esos términos tendrán que ser determinados por el juez. Para el concejal de Seguridad, lo ocurrido es un "hecho aislado" y defiende la profesionalidad de la Policía Local que tiene como misión velar por la seguridad de los ciudadanos y la persecución del delito.