El azar hizo que, estando en Jaén, contactara con el número del teléfono móvil de una joven menor de edad de Cáceres. Pero fue su voluntad la que después de ello le llevó a realizar, de modo reiterado, llamadas con contenido obsceno a la menor, algo que a Andrés P. G. le ha supuesto una condena --lo que significa contar ya con antecedentes penales-- y tener que pagar unos 4.800 euros --1.500 euros de indemnización a la menor afectada y algo más de 3.300 euros de multa por el delito cometido--.

Ocurrió todo durante el año 2008. Según recoge el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 2 de la ciudad en su sentencia, tras contactar por azar con la menor, Andrés P. G., "al responderle una voz femenina y presumiblemente joven", comenzó a realizarla de forma reiterada "llamadas de contenido obsceno". Y para perturbar el ánimo de la chica, declara también probado el juez, el ahora condenado "hacía alusiones a que la veía o vigilaba, que quería quitarle las bragas...", y todo ello "acompañado de jadeos y alusiones a actos sexuales".

Ante estas continuas llamadas, y el envío también de mensajes de texto con idéntico contenido, que el acusado enviaba al tener ella el móvil apagado para evitar su acoso, la menor acudió el 26 de abril a la Comisaría de Policía para denunciar los hechos. Pero ello no hizo desistir a Andrés P., que continuó haciendo llamadas y enviando mensajes al menos hasta finales de enero del 2009, e incluso después de haber sido llamado a declarar en el juzgado por esta causa.

Por estos hechos, que llegaron a provocar a la menor un cuadro ansioso-depresivo, el juez declara a Andrés P. G. autor de un delito continuado de coacciones y le impone una pena de 18 meses de multa, con cuota diaria de seis euros; y el pago de 1.500 euros de indemnización a su víctima "por daños psíquicos y morales".