Eran las seis de la tarde del 14 de enero del 2017 cuando el acusado se dirigió a bordo de su vehículo, un Jeep Cherokee, a la zona de La Gargantilla, en el término municipal de Alía. Accedió a un enclave declarado coto regional de caza por la dirección general de Medioambiente desde 1996. Una vez allí, acompañado de otras personas que no se han podido identificar, procedió a disparar a un ejemplar de ciervo hembra con un rifle. Murió en el acto.

No pudo llevarse la pieza porque se percató de que, a escasos metros de donde se encontraban, había un agente del medio forestal, por lo que huyó inmediatamente del lugar. El coto donde dio muerte al animal no tenía aquel día organizada ninguna montería y tampoco el acusado tenía autorización del titular de la finca para el ejercicio de la caza dentro de la misma. El Juzgado de lo Penal Número 2 le condena ahora a pagar una multa de 540 euros por un delito contra la fauna y a indemnizar a la Junta de Extremadura, titular del coto donde ocurrió, con 198 euros, cantidad en la que está valorada una hembra de ciervo como la que mató. Se le ha inhabilitado además para el ejercicio de caza y pesca durante once meses. La sentencia es firme.