Mi querido abuelo Manuel (sabio él, como casi todos los abuelos), me decía cuando yo era niño: hijo no te equivoques, en el pueblo manda el alcalde, el cura y el comandante de puesto de la Guardia Civil, por este orden.

A mi abuelo, por el que sentía autentica devoción por sus consejos y sabiduría, no le faltaba razón en el contexto histórico que hacía esta confesión a un chaval que nació en plena dictadura franquista y ya apuntaba sentimientos ideológicos inconfesables en aquella época.

¡Cómo han cambiado las cosas en este país!. El anciano no se podía imaginar entonces, lo que hoy es la economía global, la crisis financiera o esas agencias de calificación, incapaces de pronosticar la crisis, pero que influyen tanto en los mercados que traen en jaque a medio mundo.

Al informar al abuelo, desde lo más profundo de mi alma, sobre la buena nueva de El Corte Inglés para Cáceres y confesarle lo mosqueado que estoy por la rapidez con que se han desarrollado los acontecimientos, me hace las siguientes reflexiones: "Hijo, hoy en día, en el ámbito local manda quien manda: el alcalde en el ayuntamiento (hasta donde le dejan), y quienes tienen el dinero y deciden invertir en el desarrollo de la ciudad, son los que marcan los tiempos. Por eso, me resulta altamente sospechosa la pasividad de los promotores de El Corte Inglés en la anterior legislatura y la diligencia con la que han presentado el Plan Especial de las Carmelitas tras llegar a la alcaldía la señora Nevado".

Abuelo, ¿y que opinión le merece que la actual alcaldesa se arrogue en solitario el desbloqueo del proyecto?. "Mira muchacho, o bien es una necia y arrogante que insulta a la inteligencia de los cacereños, o estaba todo pactado y bien pactado con anterioridad". Y yo me pregunto: ¿No serán ciertas ambas cosas?