Fue una entrega continua al público sin más recursos en muchos momentos que su voz y su guitarra. El Coti más íntimo, el más puro, se bastó a sí mismo para ofrecer anoche un concierto especialmente entrañable en el Gran Teatro, con todas las entradas agotadas varias horas antes. En acústico, un formato sólo reservado a los músicos que saben lo que se hacen sobre un escenario, el argentino se metió a los cacereños en el bolsillo de sus vaqueros con una selección de composiciones propias y ajenas, cantadas y contadas de otra forma, como si lo hiciera desde el sofá de casa, un auténtico privilegio para los presentes.

Coti demostró una vez más que las mejores canciones, y las mejores versiones, no son siempre las más comerciales. Por ello ha llenado todas las salas de esta gira tan especial, Acústico, Historias y Canciones , que hizo anoche en Cáceres su antepenúltima parada. Sobre el escenario, tres sillas, nueve juegos de pequeñas luces blancas de leed y un ramo de flores. Coti y sus dos músicos no necesitaron nada más.

El cantante lo tenía difícil. El concierto debía competir con el trepidante final de la liga, y lo reconoció con humor: "Me gusta mucho el fútbol..., yo no hubiera venido hoy...". Pero el público, que no falló (en las puertas del teatro había personas esperando a que alguien les revendiera una entrada), sólo necesitó dos canciones para arrancarse con aplausos entusiastas. Comenzó con Condenado , un tema que finalmente quedó fuera de su último disco (Malditas canciones ) pero que tiene un lugar especial en el repertorio de Coti. Siguió con Diamante , de su cuarto álbum (Gatos y Palomas ). Cuando empezó su tercera canción, el sencillo Malditas Canciones , el Gran Teatro se convirtió en un gran coro que llevó en volandas al argentino.

Fue un espectáculo peculiar, original. Coti alternó temas de sus primeros años (Igual que ayer , No me arrepiento , Antes que ver el sol ...) con sus últimas canciones (Tanta magia , Perdóname ...), y con clásicos universales como Caminito o Stand by me , incluso se entregó con su tango, Canción de Adiós (dedicado al Real Madrid dadas las circunstancias), y se volcó con letras llenas de recuerdos como Andar conmigo , compuesta con Julieta Benegas.

Coti gustó y todo el aforo se lo hizo saber. Cáceres marca la recta final de una gira en la que el artista se ha reencontrado con él y con un público que busca su esencia más que sus éxitos.