Luis Salaya gobierna en minoría en Cáceres, en bastante minoría (solo tiene 9 de 25 concejales). Pero eso no importa, al menos ayer, en el primer pleno de la corporación local en la legislatura, no importó mucho porque los dos principales grupos de la oposición, PP y Cs, se enzarzaron entre ellos y prácticamente se olvidaron del gobierno socialista. La sombra de las negociaciones de los pactos es todavía alargada. Las heridas por el fracaso de las conversaciones entre PP y Cs para formar gobierno en Cáceres no están cerradas y por lo visto ayer en el pleno tardarán todavía en cicatrizar.

Siempre se da una cortesía de cien días al nuevo gobierno. Y eso lo respetaron tanto el portavoz del PP, Rafael Mateos, como el de Cs, Francisco Alcántara, en sus intervenciones ante el pleno. Pero no hay nada escrito sobre que esa cortesía se tenga que dar entre los grupos de la oposición. Al menos ayer no la hubo entre PP y Cs.

El primero en dar fue Rafael Mateos. Se debatía sobre cuántos concejales tendrán una liberación completa o parcial y sobre sus retribuciones. El gobierno socialista llevaba la propuesta de cuatro liberaciones, incluido el alcalde, completas y dos parciales, además de otras tres parciales para PP, Ciudadanos y Unidas Podemos (una para cada grupo). Este punto fue aprobado con los votos del PSOE, Cs, Unidas Podemos y Vox y la abstención del PP.

Mateos recordó que hace cuatro años, en el pacto de investidura que negociaron PP-Cs, Ciudadanos impuso al PP un máximo de tres concejales liberados, además de la exalcaldesa, Elena Nevado, mientras que ayer Cs respaldó la propuesta socialista y en las negociaciones de los pactos de gobierno «pedían liberaciones» para cuatro de sus cinco concejales, recordó Mateos. Hace cuatro años en Cs «entendieron que con tres concejales con dedicación exclusiva se podía gestionar Cáceres; pero cuando les corresponde a ellos tomar la decisión, lo amplían sin complejos», aseguró el portavoz del PP.

Pero hubo más. Mateos tachó a Cs de incoherente y de adoptar «actitudes veletas». Para después desvelar el objeto principal de su discurso cuando afirmó que el respaldo de ayer de Cs a las propuestas del gobierno socialista son un «presagio» de la entrada de Ciudadanos en el ejecutivo local en un futuro próximo. Esa incorporación conllevaría la formación de un gobierno de coalición entre PSOE y Ciudadanos con 14 concejales, mayoría suficiente en la corporación municipal.

La intervención del portavoz del PP, que anunció que su grupo se abstendría, en el debate sobre las liberaciones cogió a todos con el pie cambiado. Al primero al portavoz del gobierno, Andrés Licerán. «Su abstención es a una propuesta de la alcaldía, no entendemos porqué su intervención ha ido dirigida a otro grupo político», aseveró Licerán. Mateos recordó en su segundo turno que la causa de la abstención de su grupo municipal es porque la propuesta sobre las liberaciones «es una cuestión de organización del gobierno y dejamos que el gobierno se organice».

LA RÉPLICA / Licerán no fue el único sorprendido, también Alcántara, que recordó que su grupo no era el que planteaba ayer cuántas liberaciones y con qué retribuciones porque Cs es «un partido de oposición». Negó la incoherencia que el PP achacó a su partido porque hace cuatro años limitaron las liberaciones y ahora apoyan que haya más. «No podemos tener una rigidez y una inflexibilidad al cabo de los años», aseguró. Antes había recordado que el voto a favor de su grupo a la propuesta socialista sobre liberaciones se vinculaba al cumplimiento de una serie de condiciones.

Una de esas condiciones choca de lleno contra la política mantenida por el PSOE de apoyo a los planes de empleo público. Uno de los requisitos a los que vinculó Alcántara el respaldo de su grupo fue que se busque «dar prioridad absoluta a la generación de empleo privado, siendo ésta la mejor política social que pueden hacer los concejales liberados».

Después el portavoz de Ciudadanos atribuyó la crítica de ayer de su homólogo en el PP al fracaso de la negociación del pacto de gobierno entre los populares y los ‘naranjas’, y ahí le tocó su turno de devolver: «El PP, cuando podía utilizar el Ayuntamiento de Cáceres como moneda de cambio para estar en el gobierno municipal cuatro años, estaba encantado, entonces era un pacto digno que se podía llevar desde Madrid».

Alcántara se refería a que el jueves 13 de junio se puso sobre la mesa en las direcciones de los dos partidos en Madrid que la alcaldía de Badajoz fuese para Cs y que la de Cáceres recayese en el PP. El viernes se cambió el criterio y en Badajoz se acordó que cada partido se turnase dos años en la alcaldía. En Cáceres esa solución no salió adelante. El PP local se opuso y para Cs en Cáceres, que apoyaba el pacto de gobierno con el PSOE, no era la opción que más le gustaba. Al final Cs se abstuvo y el gobierno fue para el PSOE.

Alcántara siguió hablando de los pactos y explicó que no estaba de acuerdo con un pacto de gobierno entre PP y Cs porque sería un ejecutivo «inestable», con solo 12 concejales en una corporación de 25 ediles, que además «daba un excesivo protagonismo al único concejal de Vox, una persona encantadora -Teófilo Amores-, pero que está en un partido y en una marca que se encuentra en las antípodas de nuestro planteamiento liberal, por tanto era inviable» el pacto de gobierno entre el PP y Ciudadanos.

En su segundo turno, Mateos ahondó en el fondo de su discurso. Insinuó que el pacto de gobierno que PSOE y Cs estuvieron a punto de cerrar aún está sobre la mesa y que detrás de los votos de ayer de Cs a favor de las propuestas del PSOE está la puesta en práctica de ese pacto en los próximos meses. Sobre las negociaciones entre PP y Cs no dijo mucho, solo para dar por segunda vez: «no entraré en valoraciones, nosotros no cedimos a ningún chantaje por parte de Cs».

Tras el pleno, Mateos y Alcántara hablaron. Licerán también, pero ayer el gobierno fue un protagonista secundario en la película del pleno. Mateos insistió en su mensaje al reiterar que Cs con sus votos en el pleno puso «carta blanca al equipo de gobierno para aprobar las liberaciones y el personal eventual» y auguró que «en los próximos meses puede haber sorpresas en la ciudad con incorporaciones nuevas al gobierno (un gobierno formado por los ediles del PSOE y Ciudadanos)».

Alcántara no lo negó, tampoco lo confirmó porque él no es pitoniso, «no tengo una bola de cristal» para ver lo que pueda ocurrir dentro de cinco o seis meses. Ante la insistencia de los medios de información, el portavoz del grupo municipal de Ciudadanos no descartó que su partido pueda entrar en un futuro en el gobierno, «más allá -de lo que pueda ocurrir dentro- de cinco o seis meses no descartamos nada».