A través de los 35 cuadros expuestos en la cafetería La Fusa podemos llegar a conocer la personalidad y los gustos de sus ocho autores, solo hace falta detenerse y contemplar sus obras para darnos cuenta de que a Teodoro del Barco le fascina Van Gogh y que los cuadros de Esther Carretero están iluminados por Sorolla y Manet transmitiendo al espectador la tranquilidad que a ella la acompaña.

Pilar Rodríguez-Estecha y Florentino Velaz se decantan por lo natural reflejado muchas veces a través de los bodegones y la pintura de la joven María Abreu, de tan solo 11 años, se deja influir por el gran artista Cecilio Pla.

También podemos ver los trabajos de Ana Extremera, Puri Vicho y Alba Donoso.

Detrás de todo estos trabajos está la mano de Vicente Macías, director del taller de artes plástica que lleva su nombre y al que han asistido los ocho exponentes.

Macías es licenciado en Bellas Artes y una vez jubilado como profesor decidió seguir con la formación, desarrollando en su taller actividades de dibujo y pintura encaminadas a que los alumnos, a través de ellas, desarrollen sus capacidades creativas y de visión de la obra de arte a la vez que aprenden técnicas y desarrollan destrezas que le sean útiles en la ejecución de sus obras.

No obstante Macías explica que aunque siempre les aconseja y les corrige cuando algo hacen mal les da plena libertad de creación y de elección del tema, así para sus obras han elegido bodegones, fotografías hechas por ellos mismos que les motivan y cuadros de artistas reconocidos que para ellos suponen un ejemplo a seguir.

Al preguntarle por si ve su mano detrás de las obras de sus alumnos contesta que él también tuvo un maestro y que la gente le decía que su pintura estaba influenciada por la de su maestro "esto es algo lógico pero luego cada uno va a adoptando su estilo".

En este sentido Macías insiste en que "intenta respetar sus iniciativas" y que un cuadro puede ser "bueno aunque no siga la línea estricta de un pintor".

Como afición

Los alumnos que acuden a estas clases lo hacen más como pasatiempo que por querer dedicarse al arte de manera profesional, así nos indica el director que entre ellos hay tres personas jubiladas "que ahora tienen tiempo para hacer lo que realmente les gusta".

No obstante Macías destaca la calidad de algunos trabajos y en el caso de Teodor del Barco dice que es el que mayores conocimientos de pintura tiene y que está perfeccionando su estilo y descubriendo otras posibilidades.

Pero las que mayor perspectiva de futuro tienen son sus dos alumnas menores de edad, Alba Donoso y María Abreu por su juventud y sus inquietudes en el mundo de la pintura.

La exposición estará abierta al público hasta el día 30 de junio en el mismo horario que el de la cafetería La Fusa.