"Para que nos proteja los ojos, el barrio y todo lo que sea posible". Con esta genérica plegaria miles de cacereños, principalmente vecinos de Aldea Moret, renovaron ayer su devoción a santa Lucía, protectora de la vista, en la romería anual que acoge su ermita, cercana a la urbanización Ceres Golf.

Todos cumplieron con la tradición del besaojos a las puertas del templo. En fila india, uno a uno desfilaron delante de la imagen para besar una insignia de metal con los ojos de la santa, un gesto de presentación de respeto y peticiones íntimas de protección. Por cada beso, un donativo, que contribuirá a financiar los trabajos de restauración de la talla, afectada por la humedad de la ermita.

Donativos

A este fin también se destina parte de la recaudación de la venta de roscas y coquillos, más de mil realizados por vecinas del barrio, y de los artículos de la tómbola y la mesa de ofrendas, todos donados por devotos y comercios de Aldea Moret. Otra parte de la recaudación se destina a sufragar los gastos del centro pastoral de la calle Ródano, "eje vertebral de la parroquia", explicó Miguel Angel González, uno de sus sacerdotes. Este centro funciona actualmente como parroquia del barrio, puesto que la de San Eugenio está demasiado apartada de la urbanización.

Una misa inició por la mañana los actos, que continuaron con la procesión de la Virgen por el entorno de la colina donde se sitúa el pequeño templo del siglo XVI, en pie gracias a la dedicación de los vecinos que lo sacaron de la ruina, y el besaojos. No faltó a mediodía la rifa de un borrego y, por la tarde, juegos infantiles que organizó el Movimiento Juniors.

Romería de ida y vuelta

"Es una romería de ida y vuelta, la gente no suele quedarse todo el día, sino que va y viene", recordaba Miguel Angel González. Así fue. El camino de tierra que une Aldea Moret con esta ermita, a más de un kilómetro del barrio, fue un continuo trasiego de coches yendo y viniendo a lo largo de todo el día. La permanente nube de polvo en torno al camino era la prueba de ello.

La fiesta campera es más antigua que el barrio. La ermita perteneció en su día a las parroquias de San Mateo y San Juan y no pasó a la de San Eugenio hasta el siglo XIX. Esto hace que no sólo los vecinos de Aldea Moret sean devotos de esta santa, sino que los tiene de otros barrios cacereños e incluso de pueblos cercanos. Unas 5.000 personas suelen acudir a esta romería, ayer la previsión se cumplió.