Hacía ocho años que no se llegaba a pérdidas superiores a 4 millones de euros en el autobús urbano. En ese 2012 la subvención al déficit del transporte superó esa cantidad, quedó en 4.099.821 euros. Este 2020, aunque por razones diferentes motivadas por la crisis del coronavirus, se necesitará una partida similar en el presupuesto. El autobús es un servicio atípico. La basura o el agua se financian prácticamente con la tarifa, siempre hay ajustes en el contrato, pero costes e ingresos suelen ir más parejos. En el autobús no. Con lo que se ingresa de la venta de billetes, bonobús y tarjeta mensual da para algo más de la mitad de los costes, pero este año no se llegará ni a eso a tenor de la modificación en el presupuesto de 2020 que la corporación aprobará en su pleno de este jueves.

El presupuesto se aprobó el pasado mes de febrero con una cantidad de 3.262.558 euros en la partida destinada a sufragar el déficit del transporte público. Las pérdidas que tiene este servicio las cubre el ayuntamiento con cargo a su presupuesto y con entregas a cuenta a la empresa que tiene la concesión, Subus. Para este año se había previsto un déficit algo superior al de los anteriores por los cambios previstos en líneas como la 3, unas modificaciones que aún no han entrado en servicio y para las que no hay fecha. Pero esa partida, a tres meses y medio de cerrarse el año, ha quedado corta y lo que hará el pleno de la corporación en su sesión de este jueves es incrementarla con otros 749.784 euros. Ya son más de 4 millones para sufragar con cargo al presupuesto las pérdidas del autobús.

DOS PARTIDAS / Esos 749.784 euros van a salir de la baja de una partida en el presupuesto y de casi medio millón que aún quedan por asignar del remanente de tesorería para gastos generales con el que se cerró el ejercicio de 2019, el último año liquidado. El remanente ascendió a 6,2 millones, de los que 2 ya se asignaron a aumentar la partida destinada al gasto social y al plan de subvenciones a autónomos y pymes. De ese remanente se gastarán ahora 450.000 euros en el déficit del autobús. Por parte del gobierno local se anunció que otros 2,4 millones del mismo irían a financiar la ampliación de los campos de fútbol de Pinilla, obra que se iba a pagar con una operación de crédito que se había adjudicado a Liberbank, aunque por ahora solo es un anuncio, dado que no ha pasado por comisión de Economía ni por el pleno la modificación del presupuesto.

El rechazo hace una semana en el Congreso del real decreto sobre los remanentes de los ayuntamientos dejó en el aire el crédito extraordinario que por importe de 275 millones de euros se recogía en el mismo para incrementar la ayuda que el Estado da a los ayuntamientos para el transporte público. Con ese crédito extraordinario se podría haber hasta triplicado la subvención que el ayuntamiento recibe del Estado para financiar las pérdidas del autobús, una aportación que en los últimos años ha sido de más de 300.000 euros (la del ejercicio de 2018 llegó a un máximo de 394.000 euros). Desde el Gobierno se apuntó el pasado lunes que se volverá a presentar el mismo texto legal de medidas financieras de carácter extraordinario y urgente aplicables a las entidades locales, pero sin el capítulo referido a la cesión de los remanentes de los ayuntamientos al Estado.

DÉFICIT / En el incremento del déficit del autobús del ejercicio de 2020 no solo ha incidido el descenso en el número de viajeros, sino que además durante gran parte del estado de alarma el servicio fue gratuito. Durante casi tres meses, que además coincidían con el periodo lectivo, no hubo ingresos y los mismos por lo recaudado otros años rondan los 250.000 euros mensuales. Aunque ha habido reducciones en el servicio, también hubo costes extras para adaptar los vehículos a las medidas de seguridad por el covid.

Este incremento de la partida de la subvención al transporte se aprobará sin que ni siquiera hayan entrado en vigor las modificaciones en las líneas previstas con cargo al presupuesto de 2020 y pactadas en las negociaciones entre PSOE y Podemos para sacar las cuentas de este año. Esos cambios pasaron su primer trámite en julio, cuando se llevaron a la Mesa del Transporte, pero aún no han llegado a la comisión informativa municipal con los informes que evalúen su coste y su incidencia en el contrato con Subus. Los cambios afectan principalmente a dos trayectos, el de la línea 3, que dejaría de entrar en el campus, y el de la 8, que conecta el sur con el norte de la ciudad y que se ha convertido en el que tiene más usuarios, su frecuencia de paso se reduciría en cinco minutos, de 20 a 15.