El embrión de la biblioteca pública de Cáceres hay que buscarlo en la desamortización de Mendizábal. En el año 1825 el entonces gobernador civil ordena que se recojan los papeles, libros, cuadros y otros efectos que provengan de la desamortización, recogidos en los monasterios y conventos. Esa primera colección se situó en el Instituto Viejo , un edificio que fue de los jesuitas y que estaba situado en la cacereña plaza de San Jorge. La biblioteca pasó posteriormente al palacio de la Isla hasta que en 1983 se efectuó el traslado a la calle Alfonso IX.

Hospital de guerra

El antiguo edificio de Magisterio, donde se quieren trasladar los fondos, también está cargado de historia y tiene un gran valor sentimental para los cacereños. Fue levantado en 1930 y sus cánones arquitectónicos responden a la época de la República: grandes pasillos, numerosos ventanales y amplios accesos. El recinto fue un hospital de guerra tras el estallido de la contienda civil y hasta su sede llegaban camiones cargados de heridos.

Con el paso del tiempo se le dio el uso educativo que ha tenido hasta finales de los 90. Acogió los servicios de inspección de educación, sirvió de sede a las Escuelas Normales y a la Aneja (donde los estudiantes de Magisterio realizaban sus prácticas).

Fue precisamente la Escuela de Formación del Profesorado la que durante años desarrolló su labor en la avenida Virgen de la Montaña. El rector Antonio Sánchez Misiego inició los trámites para que el edificio pasara a propiedad de la Universidad de Extremadura y César Chaparro culminó la gestión. En la actualidad, y tras el traslado de Magisterio al campus, el recinto sigue vacío, a la espera de su ocupación. Si hay acuerdo entre la Uex y la Junta podría tener nueva utilidad.