El pasado sábado recibió el homenaje de la Asociación de la Prensa de Cáceres por ser su decano (socio nº 1), pero muchos años antes de expedirse ese carnet, Enrique Baltar Ruiz (8-3-1933) ya iba de la Diputación al Cacereño para hacer las crónicas de El Periódico EXTREMADURA, a su vez diario decano de la región. Llegó al periodismo tras aprobar una oposición de Correos con el nº 14 de todo el país, pero como no había plaza en Cáceres, optó por probar suerte en el EXTREMADURA, que en ese momento tenía una plaza libre. En 1957 se incorporó a la redacción del Palacio de la Generala, una larga trayectoria que le llevó a ser redactor jefe.

--Le contrató Dionisio Acedo...

--Buena persona, buen director, buen periodista con las limitaciones de la época, tan cacereño que murió el día de Las Candelas. Cada vez que voy al cementerio lo visito. En la Generala teníamos arriba la redacción y abajo los talleres de imprenta de la Editorial Católica, donde siempre recuerdo a Rumbo con la linotipia. Empecé como corrector. Entonces aprendí lo que era un cícero y los entresijos del oficio. Redactores había pocos, de mesa y de calle. Yo hacía ambas cosas, sobre todo la actualidad de la Diputación, los toros, y el deporte. Guardo muy buenos recuerdos: José María Parra, José Vigara, Félix Pinero, Germán y Francisco Sellers, Juan Rosado, luego José Luis Guerra, Manolo Fernández, que lo conocí siendo futbolista, el fotógrafo Luis Bravo...

--¿Cómo hemos cambiado?

--Ahora el periodismo se ha profesionalizado. Entonces no éramos periodistas, no había facultad, tuvimos que formarnos con el día a día. Luego se creó una Escuela Oficial de Periodismo en la calle Capitán Haya, de Madrid, bastante exigente. Germán Sellers y yo hicimos una tesina acogiéndonos a la ley Fraga y la convalidamos en la Complutense. Ahora salen los jóvenes preparados de las facultades de Ciencias de la Información. Ha cambiado de la nada al todo.

--¿Considera que el periodismo de cercanía sigue teniendo tanta fuerza como hace décadas, cuando eran ustedes el universo más próximo, interesante, necesario e inmediato para el lector?

--Yo pienso que el periodismo local y regional tienen más futuro, simplemente porque interesan más a la gente, que quiere estar al día de todo lo que ocurre en su entorno. Para el periodismo nacional hay muchos más medios en prensa, radio, televisión, internet...

--¿Hacer periodismo era más o menos duro? Había menos recursos, pero menos competencia...

--A ver, yo considero que siempre ha sido una profesión dura porque tampoco entonces tenía horas. Si venía un ministro lo acompañabas a hacer inauguraciones por la región, con pocos medios. Recuerdo especialmente a Fraga en la apertura del Parador de Jarandilla, no paraba, se nos perdía por aquellas azoteas, hasta los escoltas le tenían que andar buscándolo... Había menos recursos. El día de la Lotería de Navidad teníamos que escucharla en la radio y llamar a la farmacia de Acedo, que iba poniendo en Pintores los premios en una pizarra. Era un trabajo duro, pero no complicado porque a la prensa se nos abrían las puertas, éramos pocos y conocidos. Ahora sí hay más competencia.

--Presión política hubo siempre...

--¡Imagínate! Teníamos que llevar los periódicos a la censura antes de publicarlos, antes de que Leoncia los vendiera, la recuerdo muy bien. Una anécdota: se me prohibió decir que un árbitro había estado fatal en un partido, me dijeron que lo considerara como un juez, quién sería... en fin... Recuerdo la bronca por publicar que un presidente de la Diputación, había encontrado demasiadas facilidades para conseguir la finca Haza de la Concepción. De todos modos a los políticos no hay que hacerles mucho caso. Otra vez tuve que pedir que no volvieran a enviar las entradas de los toros con dinero dentro del sobre para que hiciéramos una buena crítica.

--¿Cómo era la relación entre los compañeros de los medios?

--Siempre ha habido competencia, éramos compañeros pero sin embargo amigos por encima de todo. Por ejemplo, Narciso Puig Mejías, del diario ‘Hoy’, y yo, compartimos un premio del Ministerio de Sanidad. Nos dieron 10.000 pesetas que dividimos mitad y mitad. También compartí el premio de la tercera edición del ‘Dionisio Acedo’ con Félix Pinero, pero entonces no había dotación.

--¿Un suceso que no olvida?

--La rotura de la presa de Torrejón en 1965, con decenas de fallecidos. Pero hubo mucha censura, no podíamos publicar salvo lo que mandaba el Gobierno...

--¿Qué información era la más demandada en sus tiempos?

--La información social, y sobre todo la sección ’ecos de sociedad’, donde salían los cacereños: nacimientos, bodas, obituarios....

--¿Un personaje público de especial peso y trascendencia?

--El alcalde Alfonso Díaz de Bustamante. Tenía muchos contactos en Madrid, muchas puertas abiertas, y las aprovechó para hacer bastante por Cáceres, por la Ciudad Monumental.... Con la prensa era accesible, pero guardando las distancias.

--¿Qué piensa de internet?

--Me gusta, leo la prensa todos los días, veo los partidos el fútbol... Todo avance es bueno.

--¿Cuánto futuro le da a la prensa escrita?

--Deseo y espero que muchos años. Es necesario su testimonio escrito. Ahí están las hemerotecas, hablarán para siempre.