Aunque apenas les separaban 100 metros del estadio de fútbol Príncipe Felipe, el espectáculo y los goles no estaban sobre el terreno de juego, sino en los 16 minicampos de moqueta que se instalaron en el Camping de Cáceres, que este fin de semana ha acogido la tercera edición del torneo Open de FutbolChapa. El juego se basa en las mismas reglas que el fútbol, solo que en esta modalidad no hay 22 jugadores, sino dos, que además no pisan el terreno de juego sino que desde fuera empujan el balón a la red mediante golpes a las chapas; aunque también crean la estrategia, marcan los goles, fichan a las chapas y diseñan la equipación.

"Más que un deporte es un juego de estrategia y habilidad", destaca el organizador y presidente de la Asociación de FútbolChapas de Cáceres, Quini Romero, que explica que "los jugadores tienen que conseguir darle el golpe exacto al balón para que coja un efecto determinado y poder pasarlo a otra chapa". Por el momento los chicos dominan en esta modalidad, pero "ojo con las chicas, porque empiezan a surgir muy buenas jugadoras y excelentes estrategas", advierte. Y es que en el futbolchapas no hay categorías por edad ni sexo.

En el torneo del sábado, del que ayer se entregaron los premios a los primeros clasificados, había 48 participantes de todas las edades y procedentes de toda España. "No es un juego de masas, pero sí de tradición porque se aprende de niño". "Y crea adicción", advierte. De hecho, uno de los participantes vino desde Barcelona, aunque quien se impuso fue el madrileño Sergio Rovez, seguido de José Peláez (Valladolid). De los participantes cacereños el mejor clasificado fue, Juanjo Casares, semifinalista junto a Jorge G. Degea, de Valladolid.

El problema es que los niños de hoy en día "ya no juegan en la calle, sino a la play station", explica el organizador, que apela a la necesidad de que los padres enseñen a sus hijos a jugar en la calle "y si les gusta el fútbol, el futbolchapas les enganchará", resuelve.