La Diputación de Cáceres suspende definitivamente este año el festival gastronómico y se plantea recuperarlo en el 2012, pero con otro formato distinto. El certamen, que se ha venido celebrando durante los últimos siete años en hoteles de Madrid, Barcelona, La Coruña, Sevilla, Lisboa, San Sebastián y Oporto, iba a cumplir este año las 22 ediciones y su coste superaba los 45.000 euros para una cena-degustación en la que participaban cocineros de establecimientos de la provincia. La previsión, antes del cambio de gobierno en la diputación, era que se celebrase este otoño en Santander.

Aunque Álvaro Arias, diputado de Turismo, ya barajó en agosto que el festival tuviera lugar cada dos años, lo cierto es que el nuevo equipo de gobierno del PP ha echado por tierra el modelo que implantaron los socialistas cuando decidieron que viajara fuera de la provincia para que la gastronomía extremeña ganara promoción.

Con el apoyo de las asociaciones de cocineros, a esa cita solían estar invitados agencias de viajes y touroperadores de turismo para que conocieran de primera mano el trabajo del Patronato de Turismo y Artesanía. Su fecha estaba fijada durante la primera quincena de noviembre.

La noticia de la suspensión no sentó bien ayer en Extremachef, colectivo de cocineros que ha colaborado en la organización de las dos últimas ediciones. Benjamín Caballero, su presidente, aseguró que "se trata de un paso atrás" para los hosteleros porque, dijo, "ahora es cuando más nos tienen que apoyar".

Caballero añadió que había presentado antes de las elecciones un proyecto para que el festival volviera a Cáceres en dos días --una para profesionales y otra para público-- en el palacio de congresos. Según el hostelero, no ha tenido respuesta. El diputado contestó anoche que este proyecto "se está estudiando".