El distrito norte cacereño está formado en su mayoría por urbanizaciones construidas en las dos últimas décadas, muchas con viviendas unifamiliares, con amplios espacios verdes y con vastos solares entre ellas. Los fuegos se han sucedido especialmente durante los últimos veranos «y llegan en muchas ocasiones a las puertas de nuestros hogares, poniendo en grave peligro a las personas, animales, plantas y a las propias viviendas. Tenemos que usar mangueras caseras hasta la llegada de los bomberos». Así lo explican las asociaciones de vecinos de esta zona en una carta dirigida al alcalde para trasladarle su preocupación.

En ella solicitan un retén de extinción de incendios en los talleres municipales del Centro Integral de Formación y Empleo (CIFE), en Valhondo o en otra ubicación del Norte, al menos durante la época estival, coordinado entre el ayuntamiento y la diputación, incluso por el Infoex, «para cubrir no solamente este distrito, sino también el centro y parte de la Montaña y sus aledaños».

En el escrito, el representante vecinal del área, Juan Merino, entiende las dificultades de llegar desde el otro extremo de la ciudad, donde está situado el parque del Sepei, «no solo por la distancia, sino también por las condiciones del trayecto», ya que la opción más corta, Ronda Vadillo, se suele descartar por sus dificultades de tráfico, al igual que el tránsito por el centro. «Por lo tanto queda como única vía bordear el Oeste de Cáceres y tomar la Ronda Norte. A pesar de ser una vía rápida, los tiempos de respuesta se vuelven críticos», indica Juan Merino en la solicitud al alcalde.

«Como bien sabe, la intervención de los bomberos se hace fundamental para que lo que empieza como un conato de incendio no pase a un gran incendio», subraya. «Nuestra preocupación aumenta cuando se nos comunica la posible actuación de pirómanos en la zona, como sucedió el verano pasado», recuerda.

Pasos de peatones elevados

Por otro lado, la Asociación de Vecinos Mejostilla también acaba de trasladar un escrito al alcalde para que se eleven los tres pasos de peatones de la avenida Pozo de las Nieves situados a la altura del colegio Castra Caecilia, ya que los acerados en los que desembocan «tienen un bordillo que los hace inaccesibles a personas con discapacidad, movilidad reducida, mayores o carritos para bebes», detalla el presidente vecinal, Jacinto Mellado. De este modo, afirma, también se ganaría seguridad, porque los pasos de peatones sustituirían a los badenes artificiales que además generan continuas molestias de ruido al vecindario.

Asimismo, la barriada reclama que se prolongue el acerado anexo a la parada de autobús de la calle Emilio Cardenal, carril derecho, de modo que las personas con movilidad reducida puedan subir al mismo. Ahora, la existencia de aparcamientos obliga a los usuarios a avanzar entre los coches hasta llegar al autobús, «y eso en el mejor de los casos, pues cuando los vehículos están muy próximos unos a otros, o cuando una persona va con un cochecito de niños, hay que subir al paso de peatones y volver por la calzada hasta el bus».

De hecho, una vecina de la zona se desplaza en silla de ruedas y el autobús la debe dejar o recoger en el mismo paso de peatones.