Pablo Vioque quiso emular en Galicia las andanzas de Salvatore Lucania, Lucky Luciano , en Estados Unidos. Ambos fueron emigrantes: Vioque, de Cáceres a Vilagarcía de Arousa; Luciano, de Sicilia a Nueva York. Don Salvatore ingresó en 1915 en la Five Points Gang neoyorkina. Don Pablo tuvo unos comienzos mucho más decentes: entró en 1974 en la Cámara de Comercio de Vilagarcía como secretario y en Alianza Popular, que lo presentó como candidato al Senado en 1979.

Lucky Luciano se fue haciendo amigo de los grandes capos neoyorkinos como Al Capone o Maranzano y acabó convocando una reunión de todas las familias mafiosas de la ciudad en un gran banquete que se celebró en el Grand Concources del Bronx.

En esa comida nació la Cosa Nostra, formada por las cinco familias más influyentes de Nueva York, de la que Salvatore Lucky Luciano acabaría convirtiéndose en el Don. Pablo Vioque nunca llegó a organizar el gran banquete fundacional, pero sí convirtió el restaurante Galloufa de Carril (pueblecito marisquero de Vilagarcía) en el lugar donde se intentaba fraguar La Comisión.

Donde Vioque y Luciano difieren es en sus orígenes. La infancia y la juventud sumergida en la pobreza y las privaciones de Salvatore Lucania no tiene nada que ver con la infancia y adolescencia de Pablo Vioque en Cáceres. El padre del abogado extremeño era un caballero elegante y distinguido que viajaba en un coche Vauxhall con chófer.

Representaba en la ciudad inmejorables casas comerciales, tenía su despacho en la calle Sánchez Herrero y vivía en un chalé de Fuente Fría. Cualquier cacereño consultado cuando se investiga la vida de Vioque (hay un periodista gallego interesado en escribir su biografía), resume los recuerdos de su padre con una frase: "Era todo un señor".

Vioque emigró a Vilagarcía de Arousa en 1974, atendiendo a la llamada de su cuñado Gustavo Puceiro Llovo, a la sazón secretario de la Cámara. Llegó a la ciudad gallega con 23 años, una licenciatura en Derecho por la Universidad de Murcia y la experiencia de haber actuado como pasante en el bufete de un profesor. Al poco de llegar, su cuñado fue nombrado director territorial para Galicia del Banco Urquijo y Pablo Vioque ocupó la secretaría de la Cámara, accidentalmen-

te hasta 1980 y en propiedad a partir de esa fecha. En esos años pone en marcha la federación comarcal de empresarios, llega a controlar el Partido Popular en Vilagarcía y, paralelamente, entra en contacto con los clanes contrabandistas a quienes defiende como abogado para, según las acusaciones que pesan sobre él, asociarse después en su tráfico ilícito e, incluso, dirigirlo.

LOS PARIENTES CACEREÑOS

A principios de los años 90 Pablo Vioque empieza a despeñarse. Aparecen en sus actividades parientes cacereños a quienes utiliza en sus negocios. Es el caso de su tía Luisa Castela Fernández, de 68 años, domiciliada en la plaza Mayor de Cáceres, pagando un alquiler de 200 pesetas, viuda de un jubilado de Renfe, que prestará a una empresa del capo Laureano Oubiña 138 millones de pesetas para comprar el pazo de Baión.

Aunque el episodio que más ha sobrecogido a los cacereños es el que llevará al banquillo a Vioque por tercera vez en pocos meses. Es la operación Más Madera. En ella fue aprehendido un alijo de 1.800 kilos de cocaína (ver foto de la página anterior) en Valdemoro (Madrid) el 30 de abril de 2001.

Pablo Vioque fue encausado como cerebro de la red junto a otras seis personas. Pero lo más inquietante es que junto al abogado se sentarán en el banquillo su suegra, su cuñado, la novia de éste y su madre, acusados en el mismo sumario 2/2003 por el juzgado número 4 de la Audiencia Nacional de blanqueo de capitales actuando de testaferros "a sabiendas de que lo eran".