El Juzgado de Menores de Cáceres ha condenado a dos años de internamiento cerrado y cuatro de libertad vigilada al alumno de 16 años del instituto Norba Caesarina que en octubre del año pasado atacó con un cuchillo a su profesor de Artes Plásticas durante una clase. El menor estaba en tratamiento psiquiátrico y no llegó a consumar su agresión al ser desarmado por el docente y otros dos estudiantes. El juzgado ha valorado el suceso como un atentado a funcionario público con arma peligrosa, un delito grave penado con internamiento, según confirmó a este diario la fiscal del caso, Olga Suárez.

La sentencia se dictó de conformidad con las partes el pasado miércoles. El joven cumplirá su internamiento en dos periodos. La juez ha establecido dos años de internamiento en régimen cerrado en un centro de reforma y cuatro años en libertad vigilada con tratamiento terapéutico.

INTERNADO DESDE NOVIEMBRE El joven lleva ingresado cautelarmente en el centro Marcelo Nessi de Badajoz desde el pasado 8 de noviembre, día en que prestó declaración ante el juzgado tras la cual se adoptó la medida cautelar, por lo que computará en los dos años de internamiento el tiempo que ya ha cumplido. En cuanto a la libertad vigilada, a partir de noviembre del 2009, tendrá un seguimiento exhaustivo tanto médico como judicial.

El profesor que sufrió el ataque, V. C. G., ha rechazado cualquier tipo de indemnización que pudiera corresponderle por parte de la familia, por lo que el juzgado no le ha impuesto ninguna condena específica en concepto de responsabilidad civil.

El suceso ocurrió el 29 de octubre en el grupo B de 4º de la ESO sobre las nueve y media de la mañana. El joven entró en el aula con la clase ya empezada. En ese momento el profesor, de pien en el pasillo, daba una explicación a los estudiantes. El muchacho se dirigió a ocupar un asiento pero aprovechando que el docente le daba la espalda sacó un cuchillo de grandes dimensiones de su mochila, agarró al maestro por el cuello con una mano mientras esgrimía el arma en la otra.

El docente consiguió repeler la agresión agarrando al joven por el brazo que portaba el arma y en ese instante otros dos alumnos se abalanzaron hacia el atacante y, tras un leve forcejeo, pudieron desarmarle. El muchacho se produjo un pequeño corte en una mano y enseguida desistió de continuar con la agresión. Nadie más resultó herido a pesar de que el cuchillo que empleó el menor tenía entre 15 a 20 centímetros de hoja.

El ataque se quedó en un susto pero produjo una gran conmoción en el instituto, sobre todo en el aula donde ocurrieron los hechos, en la que se encontraban 25 estudiantes entre los que se vivieron algunos minutos de histeria y nerviosismo.

La dirección del centro y el profesorado conocía las circunstancias médicas del alumno, aunque en los seis años que había permanecido en el instituto no dio nunca síntomas de ser una persona violenta o agresiva solo retraída y poco habladora. Curiosamente con el profesor al que intentó agredir se llevaba especialmente bien.

La Fiscalía y el Juzgado han declinado concretar la dolencia mental que padece el joven para preservar su intimidad. Cuando ocurrieron los hechos, la acción del menor se achacó a un desarreglo en la medicación que tenía prescrita en ese momento para su transtorno mental.