Los propietarios de dos establecimientos de La Madrila han actuado judicialmente contra las sanciones que por ruidos les impuso en su día el ayuntamiento. Los dueños de Fénix y El submarino han considerado no procedente que se les sancione con el cierre de sus locales por un periodo de dos meses y han recurrido.

Por ambos casos se celebraron ayer vistas orales en el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo. Actuaron como demandantes los propietarios de los locales y como demandado el consistorio, que contó con el apoyo de la Asociación de Vecinos de La Madrila.

Fuentes jurídicas dijeron que el ayuntamiento aportó como pruebas las mediciones hechas en los bares, "para demostrar que superan los niveles permitidos", así como la testifical del presidente vecinal y de varios residentes en la zona, "asegurando que el ruido de estos locales es excesivo".

Por su parte, el representante de El submarino manifestó que las mediciones estaban "mal hechas y que el ruido al que se refieren los vecinos no procede de su local", según informó María José Iglesias, letrada de la asociación vecinal, quien mostró su confianza en que la sanción se mantenga, "pues aun siendo muy leve, al menos servirá como ejemplo".