Dos traficantes de droga que operaban en una vivienda de la calle Sande, en el casco viejo, fueron condenados ayer a un total de ocho años y cuatro meses de cárcel y a abonar 4.000 euros en multas. Aunque la Fiscalía pedía una pena de 10 años, finalmente no fue necesario celebrar la vista oral del juicio fijado por la mañana en la sección segunda de la Audiencia Provincial porque las partes llegaron a un acuerdo por conformidad.

De esta forma, a C. P. B., uno de los acusados que también regentó un bar en la calle Barrionuevo, se le impuso una pena de cinco años y un mes de prisión como autor de un delito de tráfico de drogas. Para C. P. B., una mujer que colaboraba con él, la condena fue de tres años y tres meses. En los registros realizados en el domicilio se les intervinieron 8,43 gramos de cocaína y 5,43 de mezcla con heroína. Además, los agentes hallaron 59,36 de hachís, 0,78 de marihuana, 5,53 gramos de Nordacepam y 0,78 de Alprazolam.

La vigilancia policial a esta casa de la calle Sande se inició en abril del año pasado. Normalmente, tras dar aviso a los acusados, los clientes lanzaban el dinero a balcones o ventanas, desde donde les arrojaban las papelinas.