"Atravesamos una época difícil y los toros también decaen". Así lo entiende Antonio Sánchez Cáceres, quien además de la crisis detalla otras causas: "El ayuntamiento no pone interés hasta 15 días antes del festejo, la plaza es incómoda y pequeña, y se opta por empresas de fuera que vienen a hacer su currículum, porque aquí dinero nadie gana". Frente a ello, considera que la gestión debería recaer en una empresario local, "buen aficionado, buen negociante, que preste al ayuntamiento el asesoramiento que no tiene sobre cómo está el mercado y el bolsillo de la afición, y cómo hacer buenos carteles". Lamenta, no obstante, que quienes gobiernan valoren más a las empresas de fuera. "Yo mismo traje a la actual y desde que firmaron el contrato no han vuelto a llamarme, eso es lo que ocurre", confiesa.