La empresa adjudicataria de la obra del nuevo hospital de Cáceres (la Unión Temporal de Empresas formada por Placonsa, Joca y FCC) se ha llevado del centro sanitario las grúas, la maquinaria y el material que quedaba de los trabajos. Desde hace unos meses la imagen que presenta el hospital del Cuartillo es diferente a la de hace siete años, cuando comenzaron los trabajos. Da la impresión de que allí ya no hay obra, aunque en realidad lo que ocurre es que el Gobierno de Extremadura aún continúa con el proceso de tramitación para extinguir el contrato a la adjudicataria.

Según indicó a este diario la Consejería de Sanidad el final de la resolución de dicho contrato "llegará en breve". En medio de ese proceso se discute también la indemnización económica solicitada a la empresa por el Servicio Extremeño de Salud (SES) a modo de compensación por los daños y perjuicios causados debido a los retrasos en su ejecución y a la ampliación de presupuesto. En estos momentos una comisión valora los trastornos ocasionados, ya que los trabajos llevan en marcha desde 2006. La adjudicataria, por su parte, ha planteado, señala Sanidad, "otras alternativas" a dicha reclamación, para evitar hacer frente al pago de una indemnización.

DESMANTELAMIENTO Por su parte la Plataforma Pro Hospital Público de Cáceres teme que la retirada de la maquinaria, las grúas y los materiales afecte al futuro de la obra y, por tanto, a su finalización. "Se está desmantelando todo aquello. Abandonar una obra supone dejar de invertir en ella, lo que conllevará su deterioro", señala el portavoz del colectivo, Luis Palomo. Recuerda, además, que "retomar la obra en el futuro puede encarecer el proceso" porque, añade, "se pueden deteriorar cosas que ahora sirven". "No es una buena noticia ni desde el punto de vista sanitario ni desde el arquitectónico", subraya Palomo.

El portavoz de la plataforma solicita a la Consejería de Sanidad que se recupere la contratación con la misma empresa, que se limen las asperezas y se llegue a un acuerdo porque, según Palomo, si no se hace así la reanudación de la obra se dilatará en el tiempo (hace falta volver a proyectarla, licitarla y adjudicarla). "Es un problema gordísimo", insiste Luis Palomo.

La ejecución lleva más de siete meses parada, a pesar de que la primera fase se encuentra construida al 91%. Falta aún rematar la misma y licitar y poner en marcha la segunda fase.