El edificio Embarcadero comenzará a regular definitivamente su situación a final de septiembre, con el alquiler de espacios a las empresas y colectivos interesados en desarrollar su actividad en la nave minera. La Concejalía de Innovación ya tiene redactado el pliego de condiciones, que según ha avanzado el edil del área, Jorge Carrasco, establece un precio de 8 euros por metro cuadrado, es decir, unos 160 euros al mes de alquiler por ocupar una oficina media de 20 metros cuadrados. Ese alquiler también dará derecho a utilizar durante un cupo determinado de horas los servicios comunes, como espacios expositivos, salas de reuniones, auditorio, centros de formación y nuevas tecnologías, cafetería, parque interactivo, sala de juegos y zonas de ocio.

Hasta ahora, y desde su apertura en marzo, las empresas y colectivos asentados en el Embarcadero --una veintena-- lo han hecho de forma gratuita, pero el nuevo equipo local de gobierno ya anunció en junio que esa situación de "despilfarro" no podía continuar porque el mantenimiento del edificio cuesta 600.000 euros al año, y las arcas municipales están bajo mínimos. Finalmente se decidió convocar un concurso público al que podrán optar todas las empresas interesadas en alquilar un espacio, mediante un sistema objetivo de puntuación. El pliego ya se ha ultimado y esta misma semana se ha entregado al jefe de inspección de los servicios municipales y a la secretaría. "Muy posiblemente vamos a cumplir los plazos y a sacar la cesión antes de que finalice septiembre, tal y como anunciamos", señaló ayer Jorge Carrasco.

INTERES POR ENTRAR

En total, el Embarcadero tiene unos 60 despachos de unos 20 metros cuadrados cada uno. Las empresas o asociaciones podrán alquilar uno o dos espacios anexos para disponer de más superficie. Según el concejal de Innovación, ya hay un buen número de empresas interesadas en ocupar los dos grandes recintos de la Ciudad del Conocimiento : Embarcadero y Garaje 2.0, situados uno frente a otro y ambos en el poblado minero. En concreto, el primero ha sido concebido como un centro cívico y cultural, punto de encuentro entre empresas innovadoras, creadores, artistas, gestores y operadores culturales.

En su interior, el Embarcadero, con una superficie de 3.000 metros cuadrados en planta y más de 5.000 construidos, se divide en tres espacios distintos y complementarios. Las oficinas están agrupadas preferentemente en el primero y el tercero, rodeadas de los servicios comunes. Su filosofía está orientada a empresas emergentes relacionadas con las nuevas tecnologías y la innovación social y económica.

El concurso público que en breve verá la luz pondrá punto y final a la recuperación y puesta en valor de este edificio, uno de los grandes referentes de la arqueología minera cacereña, que ha necesitado seis años de reformas y una inversión global de unos 4 millones de euros.