Antonio Hernández sacó ayer, como cada mañana, a su perro a pasear por la barriada de Hispanoamérica, donde reside. Pero al poco tiempo se dio cuenta de algo inusual. "Me encontré un pedazo de fiambre con alfileres muy peligroso para las mascotas", denunció a este periódico. No fue un hecho aislado, pues indicó que varios vecinos de la zona sufrieron ayer el mismo problema. "Cuando he ido a avisar a una mujer, me ha dicho que ella le había sacado ya un trozo de la boca a su perrita", dijo, y añadió que avistaron hasta cuatro porciones en total.

Hernández llamó a la policía, que confirmó la denuncia, aunque destacó que es la primera vez que ve algo así en su barriada. Otra vecina, Pilar Muriel, que paseaba a media mañana con su perra, explicó que "hay gente que protesta por el mal olor que dejan los gatos, que por aquí hay muchos" y condenó la acción. "La voy a tener que llevar siempre pegada a mi", dijo. En la misma línea, Laura Galán, otra de las residentes del barrio, señaló que "ya se está corriendo la voz por aquí para que la gente tenga cuidado".

No es la primera vez que anónimos dejan trampas en la calle para los animales. Durante el pasado mes de mayo, dos perros muriendo en Cabezarrubia tras ingerir, al parecer, matarratas en la vía pública.