La plaza Mayor cacereña es un espacio en el que bullen nuevos proyectos a pesar de la crisis sanitaria. Estas iniciativas dan testimonio de la escalada turística en la que se encontraba sumida la ciudad antes del coronavirus, y evidencian el potencial del sector, con 2.476 plazas hoteleras y más de 400 restaurantes, bares y pubs en Cáceres. Por ello, los locales y comercios enfocados al turista esperan retomar su actividad en cuanto lo permitan las fases de la desescalada, y de modo que puedan ser rentables.

Actualmente, dos restaurantes tramitan su apertura en la plaza y también se construyen una treintena de apartamentos turísticos en dos promociones. Tres de estos proyectos ya han puesto la carne en el asador: tienen las inversiones hechas y las obras en marcha (en un caso concluidas.) No les queda otra opción que mirar hacia adelante con confianza, y además lo hacen. En la hostelería están acostumbrados a que las cosas no sean fáciles, aunque hay que reconocer que la situación actual escapa a cualquier previsión.

LA COMIDA, EN MINUTOS

«Nosotros hemos previsto dos años hasta que el turismo recupere su fuerza en Cáceres. Una auténtica lástima, porque las cosas se habían hecho bien y se notaba una mayor afluencia de visitantes en los últimos años», explica Marcelino López, que regenta el restaurante Carlos V, junto con su hijo, del mismo nombre. Precisamente, esa alegría de viajeros en la plaza Mayor le animó a reestructurar por completo el negocio, que se ha sometido a una profunda reforma y que abrirá en cuanto sea posible, ya convertido en el primer restaurante ecológico y self-service de la zona, con platos, cubiertos y vasos completamente desechables (realizados en caña de azúcar).

Sin duda, una opción sostenible e higiénica (menaje de un solo uso) que ahora será especialmente valorada. Además, los turistas podrán recoger la comida en unos minutos y marcharse al autobús o a su apartamento (habrá también reparto a domicilio). «Observamos que hoy muchos visitantes quieren aprovechar al máximo su estancia», explica Marcelino. De ahí la transformación del restaurante, que sin embargo no cambiará su especialidad de carnes a la brasa con carbón extremeño de encina. «Una cosa es reducir el tiempo al turista y otra la calidad de la cocina, que no se toca», matiza.

De hecho, la familia ha viajado hasta Italia para adquirir unos hornos especiales que ya han llegado a Madrid y esperan su traslado. También tienen todo el mobiliario listo y la obra concluida hace mes y medio. «El turismo había crecido, venían incluso más extranjeros de China y América. A ver si la ciudad recupera la actividad», desea Marcelino, natural de Acebo, que un día dejó sus prósperos negocios de joyería en Andalucía para invertir en su tierra, y regenta un segundo restaurante en la plaza denominado El Mariscal.

El ESQUINAZO DE LA ESTRELLA

También avanzan los trámites previos a la construcción de un nuevo restaurante en la plaza Mayor. La familia Blanco Cava, propietaria del restaurante ‘Eustaquio Blanco’, ha adquirido el inmueble de la antigua farmacia de los Escribano. No existe ubicación más estratégica, justo en el esquinazo de la subida al Arco de la Estrella. La planta baja ya ha sido restaurada y alquilada a una tienda gourmet y a un nuevo centro de guías turísticos.

El restaurante ocupará las dos plantas superiores, con 200 m², El arquitecto Luis Acevedo ya se ha puesto manos a la obra con el proyecto y ha presentado al ayuntamiento una primera propuesta, que debe ahora incluir las correcciones de los técnicos municipales. Y es que, por su ubicación, la obra debe contar con todos los parabienes del Plan Especial.

El nuevo negocio mantendrá los principios de la casa: cocina regional de calidad con la firma ‘Eustaquio’. «Consideramos que es un perfil idóneo para el entorno de la plaza», indica Yolanda Blanco, una de las promotoras. La familia ha querido tomarse este proyecto con tranquilidad y más ahora, cuando correr en el sector turístico no tiene sentido.

APARTAMENTOS DE HASTA 70 m²

El emprendimiento también se sienta a la mesa de la familia Blanco, conocida en Cáceres por su tradicional vinculación al sector del transporte de viajeros. Hace unos años, en vista de la proyección turística de Cáceres, adquirieron el inmueble del número 27 de la plaza Mayor, con una superficie de 1.800 m², situado en los soportales de abajo. Las obras ya han comenzado para convertirlo en uno de los mayores complejos de apartamentos de la ciudad.

Se trata de un edificio de grandes dimensiones que llega hasta las calles Ríos Verdes y Andrada, y alcanza cuatro plantas por el interior, un espacio que ha permitido diseñar hasta 26 apartamentos turísticos de alto nivel, cada uno de ellos de 50 m², incluso alguno de 70 m². El local comercial con acceso por la plaza ya está ocupado por el restaurante El Requeté.

Las obras, recién iniciadas, estarán 18 meses en ejecución. «Esperamos que para entonces se haya recobrado el flujo turístico, aunque este sector será el último en recuperar su actividad. De todos modos seguimos adelante y debemos agradecer la sintonía que ha existido con el ayuntamiento en la tramitación. Se agradece esa predisposición cuando realizas una inversión que te supone mucho», destaca Rubén Blanco, uno de los titulares.

UN PROYECTO MUY ESPECIAL

Tampoco se detiene la construcción de cinco grandes apartamentos turísticos, de entre 50 m² y 80 m², en los dos primeros edificios de la plaza Mayor, nada más llegar por Pintores, al inicio de los soportales. Pertenecientes a la Fundación Antonio Rodríguez, un filántropo cacereño que decidió donar su patrimonio a beneficio de la infancia, estos apartamentos destinarán sus ingresos a subvencionar programas y proyectos de asociaciones, fundaciones o entidades sin ánimo de lucro que promuevan las mejores condiciones de vida de los niños.

Así lo explica Gabriel Casati, secretario de la Fundación Valhondo Calaff, heredera de este compromiso social. «Las obras solo se han detenido durante la parada obligada de la construcción en el Estado de Alarma. Al ser edificios independientes se han podido retomar, eso sí, más lentas para aplicar las protecciones, las distancias... No hay prisa ante lo prioritario», subraya. «Tampoco queremos hacer cálculos de la apertura hasta cumplir todos los trámites», anuncia Gabriel Casati.