Durante varios días se dedicaron a recabar toda la información necesaria de las personas a las querían estafar haciéndose pasar por revisores del gas. La mayoría de ellos de avanzada edad. Una vez que tuvieron todos los datos se desplazaron desde Sevilla para poner en marcha su plan. Actuaron en las localidades de Alcántara, Casar de Cáceres y Arroyo de la Luz. Siempre iban dos y se hacían pasar por empleados de Repsol. Insistían en la necesidad de hacer la revisión y les cambiaban piezas que estaban en perfecto estado. Luego les pedían el abono del trabajo. Llegaron a estafar a 19 ancianos en diez días (de cada uno sacaron unos 100 euros). acaban de ser condenados por el Juzgado de lo Penal Número 2 a un año de prisión por un delito continuado de estafa y a devolver a cada una de las víctimas el dinero que les estafaron.