La pintura y su familia son el motor de la vida de Eva Gómez. Esta chica de 29 años, residente en Malpartida de Plasencia, presenta su exposición Los Sueños de Eva en el café Babel de la calle Pizarro (Cáceres) hasta el 1 de septiembre. Se trata de una serie de cuadros llenos de color, en los que predominan paisajes, formas y otros elementos que salen de su imaginación. Pero más allá de sus obras, se encuentran su ilusión y las ganas de mostrar al mundo su talento. Los cuadros serán subastados y la recaudación obtenida se donará a la Asociación Síndrome de Down de Extremadura.

--¿Por qué Los sueños de Eva?

--Principalmente, por la Asociación Síndrome de Down de Extremadura. La verdad es que buscaba un nombre que resumiera todo lo que significan para mí los cuadros. Represento las historias de mi vida y, sobre todo, mis sueños. En realidad, tengo muchos, pero aquí reflejo los más importantes.

--¿Qué es lo que quiere transmitir con sus obras?

--Me gusta transmitir alegría pero, sobre todo, paz.

--¿Cómo surgió su interés por la pintura?

--Me puse un día a dibujar porque me apetecía y a partir de ahí, hice un cursillo de pintura. Pero sobre todo, quise empezar a pintar por mi hermana Esther, yo la veía siempre hacerlo en casa y por eso me animé.

--¿En qué se inspira?

--A veces tomo como referencia un dibujo que tengo delante, otras me fijo en una fotografía o imagino mi propia realidad.

--¿Ha habido grandes avances en cuando a la normalización de la existencia del síndrome de Down en la sociedad?

--He de reconocer que ha habido muchos progresos, aunque todavía queda bastante por hacer. Solo tengo palabras de agradecimiento para la asociación, deben seguir ayudándonos para lograr una integración total.

--¿Alguna vez se ha sentido distinta al resto por sus circunstancias personales, o le han hecho sentir así?

--La verdad es que llevo una vida muy normal y tengo que decir que nunca me he sentido marginada con respecto a los demás. Trabajo en la biblioteca de Plasencia y los fines de semana salgo con los amigos de mi hermana de fiesta, como cualquier otra persona. Me lo pasó genial, me hacen sentir muy a gusto.

--Cuéntenos cómo es el día a día en la biblioteca...

--La verdad es que me cuesta un poco levantarme por las mañanas para ir a trabajar (risas). A diario coloco los libros, hago su revisión y también etiqueto los discos de música.

--En el colegio donde estudió, ¿recibía tanto usted como otros chicos con síndrome de Down algún tipo de educación especial?

--Estuve siempre en un colegio público, donde contaba con apoyo pedagógico. De hecho, en su día fui la primera chica de Extremadura que se formó dentro del sistema de integración en las escuelas, ya que antes no había ni psicólogos ni tampoco pedagogos.

--¿Actores como Pablo Pineda o Alberto Domínguez-Sol, el primer intérprete con síndrome de Down que apareció en televisión, son la demostración evidente de que el arte no está ni mucho menos reñido con la discapacidad. ¿Usted también quiere ser algún día como ellos?

--No, yo no quiero ser famosa. Simplemente prefiero pintar para mi familia y mis amigos, que son mi verdadero apoyo.