El primer objetivo de las asociaciones juveniles fue realizar una campaña de aceptación de la ley de Convivencia y Ocio. Queríamos evitar la imagen que sectores tratan de dar, casi obsesivamente, de los jóvenes.

Un año después, el fin se ha cumplido: el respeto con el que la juventud ha aceptado una ley que venía a alterar un hábito muy arraigado. Entendimos, aunque nos pesara, que el derecho al descanso está por encima del derecho a la diversión.

Los jóvenes cumplimos y ahora estamos esperando que se complemente la ley con más apoyo al desarrollo de nuestras inquietudes. Para ello, es fundamental un espacio para la creación y la casa de la juventud. Tampoco olvidemos el punto de la ley más olvidado: las acciones en favor de una correcta educación para la salud.

*Presidente del consejo local juvenil.