Los familiares de los usuarios de la residencia El Cuartillo (conocida como la Asistida) de Cáceres han solicitado que los residentes no infectados puedan salir de las instalaciones a fin de frenar los contagios. La razón es que paran de aparecer nuevos positivos.

Desde que comenzara a extenderse la pandemia han fallecido más de 60 ancianos, según los datos ofrecidos por fuentes cercanas al centro. Desde el Servicio Extremeño de Salud (SES) no quisieron ayer hacer públicas las cifras desglosadas por residencia «a petición de familiares de residentes». Según señalaron, solo se facilitará la cifra total de muertos en los geriátricos de la región, aunque sí se dio a conocer el dato de Cáceres, ciudad en la que han muerto, según Sanidad, 65 mayores). Hay además 78 positivos en estos momentos en su interior, a los que hay que sumar los 20 sanitarios infectados (cerca de medio centenar se han tenido que dar de baja por presentar síntomas desde que comenzara la pandemia).

Aislados en las habitaciones

Todos, tanto infectados como sanos, permanecen aislados en sus habitaciones pero los familiares solicitan que se les conceda un permiso para poder retirar a los no contagiados y evitar así que siga expandiéndose el virus. Se trata de la residencia más grande de la capital cacereña y cuenta con 320 plazas. Lo que proponen las familias es que se les realice la prueba y comprobar que son negativo y podérselos llevar a sus domicilios o a otro lugar habilitado para ello. Desde el Servicio Extremeño de Salud (SES) aclaran que «el criterio epidemiológico es evitar mover a residentes positivos aislados fuera de su lugar». En cualquier caso, las mismas fuentes añaden que se estudiará cada circunstancia de forma individualizada para poder, en su caso, permitir la salida de ancianos sanos. Y añaden que tanto el SES como el Sepad controlan este geriátrico desde que se iniciara el brote.

Por otro lado, las familias insisten en la necesidad de que se les informe sobre el estado de los residentes. Tal y como afirman a este diario, solo se comunican con ellos si se han infectado. De los que son negativo no saben prácticamente nada desde que se blindara la residencia a las visitas la semana del 10 de marzo. Denuncian además que la información que se les ofrecen sobre los enfermos tampoco es suficiente: «Te llaman una vez para informarte de que tiene síntomas y que es positivo pero se han dado casos en los que la siguiente llamada ha sido para comunicar el fallecimiento, sin saber antes nada más sobre su estado. Tenemos miedo», asegura una afectada. Tal y como publicara el pasado fin de semana este diario, el SES insiste en que se están tomando las medidas oportunas para mejorar la comunicación entre los residentes y sus familiares.

Critican también la desinformación en cuanto al total de fallecidos e infectados. «Es un secretismo que asusta. Al principio sí se informaba pero desde hace unos días esos datos no se nos facilitan», protestan. Los familiares afectados han creado un grupo de Whatsapp para mantenerse informados de la situación y se han puesto en contacto con un abogado para remitir un escrito al SES y al Sepad exigiendo que se dé una solución al respecto.

«Estamos angustiados. Tengo ansiedad y no duermo. Mi madre lleva un mes metida en su habitación y no hace otra cosa que llorar porque no entiende por qué no puede saber nada de nosotros», añade.

Sanidad confirma los dos primeros positivos en la residencia junto al parque del Príncipe

Sanidad confirma los dos primeros positivos en la residencia junto al parque del PríncipeLlevaban confinados desde el 10 de marzo. Ese día cerraron las puertas a las visitas y, como al resto de las residencias de ancianos, a la de Ciudad Jardín (situada en el parque del Príncipe) solo podían acceder los sanitarios y personal de plantilla. Habían logrado mantenerse libres de coronavirus hasta que el pasado sábado se confirmó el primer caso. Se trata de una anciana que fue trasladada al hospital tras presentar síntomas y hacerle la prueba. Ayer se detectó el segundo caso. La residencia ha enviado una carta informando a los familiares de la situación. En dicho documento el centro hace referencia también a la necesidad de que se les dote de materiales de protección para el personal, «buzos, batas y calzas», así como test para poder realizar pruebas.