El bar La Fusa se convierte desde hoy y hasta el 16 de marzo en museo improvisado del erotismo cacereño o, como recoge la Real Academia de la Lengua en su definición del erotismo, en centro de exaltación del amor físico a través del arte.

Para ello, más de cincuenta artistas locales participan en una amplia exposición colectiva que recoge otras tantas formas expresivas de entender e interpretar el erotismo en las diferentes disciplinas artísticas y técnicas: fotografía, pintura, grabado, instalaciones, collage, escultura...

El espectador podrá tomarse una caña, un café o incluso comer entre obras eróticas para todos los gustos. Algunas más provocativas y explícitas, como Pensando en Dulcinea de Antonio Martín Gómez; otras más sugerentes y abstractas, como Círculo y óvalo , de Javier Remedios. También las hay curiosas. Yo me amo , de Fátima Santana, estaría en esa clasificación. Alguna, con la imagen de un santo local, hasta podría herir la sensibilidad eclesiástica.

Feria del erotismo

El ateneo y el bar La Fusa (calle San Pedro) pretenden con esta muestra recuperar la celebración de el Febrerillo el loco con motivo de la Cuaresma, una idea que ya pusiera en marcha El Corral de las Cigüeñas en 1994, 1997 y 1998. Para ésta del 2005, se ha contado con la participación del grupo Arte Abierto, el colectivo de Artistas y Obreros del mundo, la Escuela de Bellas Artes Eulogio Blasco, además de los artistas particulares de la ciudad.

El proyecto no se queda en esta exposición. Es aún más ambicioso. La organización pretende que esta muestra sea el preludio de una Feria del Erotismo, que se celebraría ya el año que viene --previa autorización institucional--. Esa feria no se limitaría a la exposición, sino que abarcaría una programación más amplia: teatro, cine, pasacalles, desfiles, etcétera (este etcétera es de la organización). Se pasaría entonces de museo improvisado a capital del erotismo.