El Festival de Teatro Clásico de Alcántara presenta esta noche su cuarta función, 'El Auto de la Sibila Casandra', obra del dramaturgo portugués Gil Vicente. La obra, representada por la compañía 'Nao dIamores' y versionada y dirigida por Ana Zamora, se sube por primera vez al escenario del Conventual de San Benito. "Es una adaptación bastante libre, pero a la vez muy fiel", indica la directora. Esta obra del renacimiento luso está considerada el primer texto feminista de la literatura peninsular, ya que trata del derecho de la mujer a elegir libremente su destino al margen de los convencionalismos sociales, presentes en aquella época. "Esto lo convierte en un texto totalmente actual", explica Zamora y añade que "es un espectáculo en el grupo de actores interactúan con los propios espectadores".

Por otro lado, 'El Auto de la Sibila Casandra' será la primera función habilitada para personas con discapacidad auditiva en la historia del festival de Alcántara, en colaboración con la Federación Extremeña de Deficientes Auditivos (Fedapas). "Nuestra compañía ya ha tenido experiencias de este tipo y esta es una obra que se ajusta muy bien a ello, ya que es un espectáculo muy sensorial", comenta la directora. "Alcántara era el festival que nos faltaba. Además a mí me gusta trabajar con espacios patrimoniales para transformarlos en escenográficos", afirma Zamora.

La cita cultural continúa con sus actividades paralelas. Hoy, el grupo teatral portugués 'Cozinheiros' presentará un espectáculo en la plaza de San Pedro a las 21.00 horas. Tras la función de esta noche, habrá una visita nocturna guiada por la localidad. El Festival de Teatro Clásico de Alcántara agota sus últimas funciones tras la representación de clásicos como 'La Celestina', de la compañía Atalaya-TNT que el sábado reunió a más de 1.100 espectadores o 'Romeo', estrenada en la noche de ayer. El cártel de obras terminará mañana martes con 'El médico de su honra', obra de Calderón de la Barca a cargo de la compañía 'Teatro del Corsario', versionada y dirigida por Jesús Peña.