TLta corresponsal alemana en Madrid, Stefane Claudia Müller , dice que en Alemania crece la crítica contra la supuesta "mentalidad de fiesta" de los españoles, en España los medios cada vez son más negativos con la supuesta dureza de la cancillera Merkel . De lo que no hay duda es que el españolito medio esta harto de la corrupción inaceptable de sus políticos, agentes sociales y algún que otro de los que debieran velar por la integridad legal de la sociedad. Raro es el día en el que la corrupción no salpica a elementos vinculados con partidos e instituciones, admitiéndose estos hechos como la cosa más normal del mundo.

La verdadera enfermedad del país es consecuencia de una oligarquía de partidos. Es, a partir de ahí, cuando se instituye de forma genérica la corrupción: el engaño, la estafa, la mordida o la fuga de capitales, con la complacencia de una sociedad amorfa, adormilada por la "sociedad del bienestar".

En España es necesario una revolución. ¡No, no se asusten! No es una revolución cruenta; sino un cambio de actitud del ciudadano. Tenemos derecho a exigir normas legislativas que limiten el tiempo que los políticos deben permanecer como representantes de los ciudadanos; prohibiéndose expresamente que puedan ocupar puestos como consejeros o asesores de empresas como ocurre en la actualidad.

Es tal la corruptela en los partidos, ayuntamientos e instituciones públicas que el PP y el PSOE han llegado por una sola vez a ponerse de acuerdo para tratar de mitigar la mala imagen que proyectan a la sociedad.

El caso Bárcenas , el de la Fundacion Ideas , el del Instituto Nóos , el de la familia Pujol Ferrusola y el caso Petrov , exigen medidas urgentes por la Fiscalía General del Estado. El caso Bárcenas ha caído como una losa sobre el gobierno de Rajoy . No caben las justificaciones de María Dolores de Cospedal ante la evidencia de los documentos aparecidos.