Su papel en la serie 'Aquí no hay quien viva' lo catapultó a la fama en el mundo de la interpretación. Fernando Tejero, el portero más famoso de la televisión española, visita Cáceres mañana para hacer lo que más le gusta: teatro.

--¿De qué trata la obra?

--La historia, un drama aunque contando con un gran sentido del humor, cuenta el ocaso de un actor de teatro que ha pasado a ser acomodador, despierta en el escenario y, de alguna manera, rememora parte de lo que él interpretó en esas tablas. Nosotros somos como una especie de espíritus, seres que él crea en su imaginación, que van representando parte de su carrera profesional. Va mezclando historias de su vida con otras que interpretó en su día.

--¿Es la comedia el género que más le seduce?

--No, para nada. Se me conoce mucho más por ello porque el 85% de lo que he representado ha sido comedia, pero yo me considero más un actor dramático. Pero suele pasar. Al contrario, en cambio, es más complicado: ver a un actor que principalmente ha hecho drama en comedia es algo mucho más inusual.

--¿Cine, televisión o teatro?

--Teatro. Es donde me siento más actor, donde hay ese vértigo, ese orgasmo inmediato --o gatillazo--, la conexión con el público... Y lo más apasionante: cuando se abre el telón. Ahí ya no hay marcha atrás, es un salto al vacío sin red, y eso es fantástico.

--¿Trabajar con actores como los Alterio, Adriana Ozores o Enric Benavent hace las cosas más fáciles?

--Sin ninguna duda. Cuando hay maestría, cuando hay genialidad... que para mí estos señores la tienen, todo es más fácil. Además de que se trata de actores que llevan muchísimo más tiempo que yo en este mundo, tienen un talento arrollador y yo, egoístamente, trato de ser una esponja. Además, la química que tengo con Malena me atrevería a decir que no la tendré con otro actor o actriz. Aunque he descubierto a Adriana, que es una diosa. Además de una pedazo de actriz, es una compañera maravillosa que te da mucha seguridad.