La XXVIII edición del Festival de Teatro Clásico bajó anoche el telón y puso fin a tres semanas de intensa actividad sobre las tablas, en las que Cervantes y sus personajes han regresado a la Ciudad Monumental para dar contenido a cuatro espectáculos, también Lope de Vega (Fuente Ovejuna y La Judía de Toledo), Calderón (La vida es sueño), Fernando de Rojas (La Celestina), el Don Juan de Zorrilla y por supuesto las versiones contemporáneas de Shakespeare (Medida por medida y Ricardo III). Catorce montajes a cargo de compañías de primera fila, entre ellas la Nacional de Teatro Clásico y su versión joven.

Para el Consorcio Gran Teatro, organizador del certamen, la valoración de esta edición es «muy positiva» puesto que contribuye a consolidar la línea de trabajo que ya se inició el pasado año con la recuperación de las principales plazas intramuros (San Jorge ha vuelto al programa), pero también del «tejido social teatral en torno al certamen», de la Compañía Nacional de Teatro Clásico «y de espectáculos de gran formato que entendíamos que debían estar en el festival», explica Silvia González, directora del consorcio. «Los objetivos previstos se han conseguido y el público ha podido disfrutar de un certamen más amplio, con diversas actividades para todos los públicos, con grandes compañías y muchísima variedad», subraya.

De hecho, el consorcio ya trabaja en la próxima edición, «porque cuando se desarrolla el festival vas hablando con los directores y las compañías, te cuentan sus propuestas y comienzas a perfilar el programa», desvela la directora.

El tiempo no ha sido el mejor aliado: una ola de calor seguida de bajas temperaturas y lluvia que ha obligado a trasladar la obra Media por medida al Gran Teatro. Pero ninguna incidencia más. Las obras con mayor acogida han sido las de Morboria (El lindo don Diego), siempre con sus guiones amables y divertidos, y la Compañía Nacional de Teatro Clásico (La judía de Toledo). Pero en general el público cacereño valora la calidad de todas las compañías, y se muestra especialmente acogedor con las extremeñas, este año Amarillo Producciones, Verbo Producciones, Teatrapo y Morboria.

El consorcio también se confiesa muy satisfecho con la programación paralela: talleres, teatro amateur... «Aportan mucho al festival porque promueven y visualizan el tejido teatral en diversos espacios», destaca la directora.