Los orígenes del mercado hay que buscarlos en el Foro de los Balbos. Muchos cacereños de hoy recorren este espacio anexo a la plaza Mayor sin ser conscientes de que hace más de cien años ese lugar lo ocupaba el primer mercado cerrado que hubo en la ciudad. Corría el mes de octubre de 1860 cuando el ayuntamiento ordenó el derribo del antiguo y primigenio edificio destinado a la Casa Consistorial y en su lugar quedaron 1.000 metros cuadrados que se destinaron a una espectacular construcción con una escalera tipo Eiffel y una fachada de hierro y de cristal adosada a la muralla que durante años fue el centro comercial más importante que tuvo nuestra ciudad. En la actualidad desaparecido, el Mercado del Foro era un hervidero de negocios dividido en tres plantas. Abajo estaba el pescado, en la segunda se encontraban los cárnicos, y en la tercera las frutas y hortalizas que tenía entrada igualmente por los Adarves. Entre los comerciantes que se dedicaron en cuerpo y alma a este mercado estaban los Fragoso y otros puestos como el de Juan Rufo, enfrente la señora Cortés, la Petrona, Conejero, Francis (que vendía casquería), la señora Magdalena, que vendía huevos y tantos otros que hoy forman parte del pasado comercial más floreciente de la capital.